El conflicto en la Franja de Gaza sumó este jueves un nuevo episodio que ha desatado indignación internacional: el ejército israelí bombardeó el recinto de la iglesia de la Sagrada Familia, el único templo católico en Gaza, donde se refugiaban unas 600 personas desplazadas, en su mayoría mujeres, niños y adultos mayores.
El ataque dejó tres muertos y nueve heridos, entre ellos el párroco argentino Gabriel Romanelli, conocido por mantener contacto regular con el fallecido papa Francisco durante los primeros meses del conflicto.
El Patriarcado Latino de Jerusalén, propietario del recinto, condenó «enérgicamente» el bombardeo que calificó como una violación del derecho internacional y del carácter sagrado de los lugares de culto. Según el comunicado, el ataque se produjo hacia las 10:20 a.m. (hora local), y parte del templo quedó severamente dañado.
Uno de los desplazados que se refugiaba en el lugar, Shadi Abu Daud, relató que su madre de 70 años falleció tras ser alcanzada por el proyectil. “Un tanque nos disparó directamente, no había militantes ni objetivos militares”, aseguró.
En el hospital Al Ahli (conocido también como el Bautista), periodistas de AFP observaron cómo atendían al padre Romanelli, herido en la pierna derecha, con un vendaje visible.
Israel responde y se deslinda
Tras el incidente, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel lamentó lo ocurrido y aseguró estar investigando lo sucedido. Recalcó que “Israel nunca ataca iglesias ni lugares de culto” y expresó su “profundo pesar” por las víctimas. El gobierno israelí señaló que pudo tratarse de un error de un tanque, aunque no ofreció mayores detalles.
El patriarca Pierbattista Pizzaballa, en declaraciones a Vatican News, confirmó el bombardeo al templo: “Dicen que fue un error de un tanque israelí, pero no lo sabemos. Golpeó directamente la iglesia”.
Reacciones internacionales
El hecho provocó reacciones inmediatas desde distintos frentes diplomáticos. El papa León XIV se dijo “profundamente entristecido” y reiteró su llamado a un “alto el fuego inmediato”, aunque evitó mencionar directamente a Israel.
Gobiernos como el de Italia, Francia y Argentina condenaron el ataque. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, calificó el suceso como “inaceptable”, mientras que su canciller exigió explicaciones al gobierno israelí. Por su parte, Francia recordó que la iglesia está bajo su “protección histórica” y condenó el ataque como “inadmisible”. Argentina expresó su “seria preocupación” por la seguridad del padre Romanelli.
Organizaciones católicas como L’Oeuvre d’Orient también alzaron la voz. Su director, monseñor Pascal Gollnisch, lo consideró un acto “totalmente inaceptable” y denunció que no había objetivos militares en el lugar, solo civiles.
Contexto de guerra y desplazamiento
Desde el inicio del conflicto el 7 de octubre de 2023, cuando Hamás lanzó un ataque sorpresa que dejó 1,219 muertos y 251 secuestrados en Israel, la ofensiva militar de respuesta ha causado un número creciente de víctimas en Gaza. Según el Ministerio de Salud del enclave, más de 58,500 palestinos han muerto, en su mayoría civiles, cifra validada por la ONU como confiable.
La comunidad católica en Gaza es diminuta: apenas 135 fieles en todo el enclave, según datos del Patriarcado Latino. Muchos de ellos, junto a algunos cristianos ortodoxos, han buscado refugio en la iglesia de la Sagrada Familia desde el inicio de la guerra.
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