Por Juan Pablo Ojeda
Blue Origin dio este jueves un paso decisivo en la carrera espacial privada al lograr, por primera vez, que su cohete New Glenn aterrizara de forma exitosa en una plataforma marítima, tras lanzar la misión Escapade de la NASA rumbo a Marte. Con ello, la empresa de Jeff Bezos se suma a un club en el que, hasta ahora, solo figuraba SpaceX, de Elon Musk.
El lanzamiento del proyecto Escape and Plasma Acceleration and Dynamics Explorers, integrado por dos satélites gemelos, despegó desde Cabo Cañaveral a las 15:55 horas. La primera etapa del New Glenn regresó a la plataforma ubicada a cientos de kilómetros de la costa de Florida, mientras la segunda continuó su viaje hacia Marte. Para Blue Origin, este logro implica el éxito en su segundo intento de recuperar un propulsor, luego del fallido intento a inicios del año.
Escapade busca estudiar cómo interactúan el viento solar y el campo magnético de Marte, una pieza clave para entender por qué el planeta perdió gran parte de su atmósfera y qué papel jugó ese proceso en la desaparición del agua. Los datos también ayudarán a proteger a astronautas y satélites frente al clima espacial.
El lanzamiento no estuvo exento de complicaciones: fue pospuesto dos veces por mal clima y actividad solar, y este jueves incluso se interrumpió a 20 segundos del despegue antes de retomarse con un corto retraso. Pero la misión también será pionera en su ruta: en lugar de la maniobra tradicional de Hohmann, viajará primero a un punto de Lagrange antes de dirigirse al planeta rojo.
Este avance se da en medio de la creciente competencia entre empresas espaciales. Apenas un mes atrás, el administrador interino de la NASA, Sean Duffy, señaló retrasos de SpaceX en sus compromisos lunares y abrió la puerta a que otras compañías —principalmente Blue Origin— puedan disputar contratos clave para enviar astronautas a la Luna.

































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