Por Juan Pablo Ojeda
En México, los fantasmas del pasado político rara vez desaparecen, y hoy le tocó al exgobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, enfrentar una de las acusaciones más graves desde que dejó el poder: haber abierto la puerta al crimen organizado durante su mandato.
Todo estalló en una entrevista transmitida por la estación Playa FM 103.1, donde el exsecretario de Gobierno Gabriel Mendicuti Loría —quien formó parte del gabinete del priista Roberto Borge, actualmente preso— soltó una bomba: uno de los hijos de Carlos Joaquín habría participado directamente en actividades de extorsión a empresarios, operando como “intermediario con los cárteles” y cobrando derecho de piso en la región.
Y no se quedó ahí. Mendicuti, con tono de advertencia, lanzó una frase escalofriante: “Lo van a reventar en las próximas semanas”, refiriéndose al hijo del exgobernador, a quien no identificó por nombre.
Para Mendicuti, Carlos Joaquín no solo permitió el avance del crimen organizado en el Caribe mexicano, sino que además “financió su campaña con dinero sucio”. En sus palabras: “Vendió el estado a la delincuencia”.
Carlos Joaquín gobernó Quintana Roo de 2016 a 2022 bajo una coalición PAN-PRD, pero conforme avanzó su sexenio, fue tomando distancia de esos partidos para alinearse con Andrés Manuel López Obrador, apoyando proyectos clave como el Tren Maya. Esa cercanía con la 4T le valió recientemente su nombramiento como embajador en Canadá, cargo ratificado por la presidenta Claudia Sheinbaum.
El contexto no es menor. Bajo su administración, los homicidios dolosos aumentaron un 180% respecto al gobierno anterior, y aunque el sexenio también fue conocido por llevar a juicio a varios funcionarios del pasado —incluido el propio Borge—, las acusaciones actuales apuntan a que mientras una mano castigaba, la otra toleraba.
La historia se complica si se recuerda que durante el gobierno de Borge, el propio Mendicuti fue señalado por participar en la venta irregular de terrenos de alto valor, con un presunto desfalco de más de 900 millones de pesos al erario estatal, según reportes de Proceso. Muchos de esos casos fueron judicializados bajo el mando de Carlos Joaquín. Hoy, los papeles parecen invertirse.
Hasta ahora, Carlos Joaquín González no ha emitido declaración alguna sobre estas nuevas acusaciones. Pero lo dicho por Mendicuti ya encendió focos rojos tanto en el ámbito político como en el diplomático. Porque si algo ha quedado claro en los últimos años, es que los pactos del pasado, tarde o temprano, salen a cobrar factura.
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