Por Juan Pablo Ojeda
San Francisco volvió a mandar un mensaje claro al resto de la NFL: su ofensiva está en uno de los mejores momentos del año y no piensa bajar el ritmo. Los 49ers se metieron a Indianápolis y con un ataque demoledor vencieron 48-27 a los Colts, un resultado que prácticamente sepulta las aspiraciones de postemporada del equipo dirigido por Shane Steichen.
La victoria no solo significó el quinto triunfo consecutivo para los Niners, también les aseguró su boleto a los playoffs y los mantiene con vida en la pelea por la división y la conferencia. El gran protagonista de la noche fue Brock Purdy, quien firmó una actuación histórica al lanzar cinco pases de anotación, convirtiéndose en el primer mariscal de campo de San Francisco en lograrlo en un Monday Night Football.
Del otro lado, Philip Rivers, en apenas su segundo partido como titular tras salir del retiro, mostró mayor ritmo y confianza. El veterano abrió el marcador con un pase preciso de 20 yardas para Alec Pierce, adelantando a los Colts y encendiendo a su afición. Sin embargo, la respuesta de San Francisco fue inmediata y contundente.
Purdy conectó primero con Demarcus Robinson y luego la defensiva de los 49ers forzó un balón suelto clave a Ameer Abdullah, recuperándolo en una posición inmejorable. Cinco jugadas después, el mariscal encontró a Christian McCaffrey en las diagonales para darle la vuelta al marcador y comenzar el festival ofensivo.
El partido se convirtió rápidamente en un intercambio de golpes. Rivers volvió a mover bien a Indianapolis y conectó otra vez con Pierce para empatar el juego, pero Purdy siguió encendido y lanzó su tercer pase de anotación, ahora con George Kittle. Antes del descanso, ambos equipos sumaron goles de campo y se fueron al medio tiempo con ventaja de 24-17 para San Francisco.
En la segunda mitad, la historia no cambió. Purdy abrió el tercer cuarto con un pase de touchdown para Jauan Jennings y, aunque los Colts respondieron con un gol de campo, los 49ers siguieron castigando para ampliar la diferencia. Jonathan Taylor acercó momentáneamente a Indianápolis con una anotación terrestre, pero la ofensiva de San Francisco simplemente no tuvo freno.
La conexión entre Purdy y McCaffrey volvió a aparecer en el momento clave para sentenciar el encuentro. Incluso cuando la defensiva de los Colts interceptó al mariscal de los Niners, la esperanza duró poco: Rivers entregó el balón en la siguiente serie y Dee Winters lo devolvió hasta la zona de anotación para sellar la paliza.
Con este triunfo, San Francisco se perfila como uno de los equipos más peligrosos rumbo a la postemporada, mientras que los Colts se quedan con más dudas que respuestas en el cierre de la temporada.
































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