Política en Movimiento/Angélica Beltrán
CDMX, 7 de octubre de 2025 (Noticias de México).- Como decía un viejo maestro de escuela: cuando los alumnos comienzan el curso, todos parten con diez; pero conforme pasa el tiempo, pueden mantenerlo, bajarlo o incluso reprobar. Algo parecido ocurre en la política, y eso es justamente lo que les ha sucedido a Ricardo Monreal y Adán Augusto López, quienes, tras ocupar lugares privilegiados en los primeros actos masivos del gobierno de Claudia Sheinbaum, hoy parecen relegados a un discreto segundo plano, apenas cumplido el primer año de la administración federal.
Durante el evento del pasado domingo en la Plaza de la Constitución —donde, según las autoridades capitalinas se congregaron unas 400 mil personas—, los coordinadores parlamentarios de Morena en el Senado y la Cámara de Diputados quedaron fuera de la línea principal de saludo con la presidenta. Esta vez, fueron colocados detrás de los gobernadores y, para colmo, dentro de un cerco metálico.
“Para no repetir el error del evento pasado”, admitió Monreal, recordando aquella ocasión en que ambos fueron captados distraídos justo cuando Sheinbaum saludaba. El detalle, aunque menor en apariencia, tuvo consecuencias simbólicas: en política, los gestos pesan tanto como los discursos.
Y como decía Fidel Velázquez, el clásico del priismo: “el que se mueve no sale en la foto”. En el segundo gobierno de la 4T, la disciplina sigue siendo la materia obligatoria para conservar la calificación inicial.
Acarreados
Según la contabilización de las autoridades del gobierno de la Ciudad de México, que encabeza Clara Brugada, asistieron al zócalo capitalino 400 mil personas para acompañar a la presidenta Sheinbaum en su primer año de gobierno.
Y aunque el evento lució como en los mejores tiempos del PRI, de concentraciones masivas en eventos políticos y la movilización de autobuses procedentes de todo el país, la presidenta Claudia Sheinbaum rechazó la idea de un acarreo obligatorio, al responder un cuestionamiento en la mañanera de ayer lunes.
Sin embargo, lastimosamente, en este primer aniversario del gobierno de la primera mujer presidenta de México, la práctica de acarreo persiste; y la obligatoriedad de asistencia también; sobre todo para los trabajadores de las distintas dependencias del gobierno federal a lo largo y ancho del país. La asistencia de la clase política también es necesaria en protocolo, ya que, ciertamente y es literal, quien no asiste no sale en la foto.
En fin, que en lo político la marginación del coordinador de los senadores Adán Augusto y de los diputados, Ricardo Monreal, fue notoria. Que el acarreo y la cita obligatoria al zócalo fue evidente.
Y que la presidenta Claudia Sheinbaum tiene mucho que informar, pues es cierto que el programa de gobierno de la 4T es amplio y radical en la transformación de México en lo legislativo, económico y los programas sociales, que ahora sí, son cada vez más abarcadores y en los rubros de mayor demanda social: vivienda y educación.
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