Las tensiones dentro de Morena siguen creciendo y, ahora, un nuevo episodio sacude la relación entre Claudia Sheinbaum y Andrés Manuel López Obrador. De acuerdo con la columna de Raymundo Riva Palacio en El Financiero, el expresidente habría tenido una conversación nada amistosa con la mandataria para exigirle poner fin a las investigaciones que rodean al senador Adán Augusto López.
El caso del exsecretario de Gobernación, señalado por presuntas irregularidades patrimoniales y vínculos con actos de corrupción, se ha convertido en un dolor de cabeza para la presidenta. Según el columnista, AMLO salió de Palenque hacia la Ciudad de México la semana pasada y, además de reunirse con personas cercanas a su círculo, llamó directamente a Sheinbaum para pedirle “carpetazo” al tema de Adán.
El argumento del expresidente habría sido directo: las investigaciones no solo afectan a su excolaborador, sino que también podrían salpicarlo a él y a sus hijos. Esta presión coloca a la mandataria en una situación incómoda, pues debe decidir entre ceder a la petición de su antecesor o permitir que las indagatorias avancen, aún con el riesgo de fracturar la unidad dentro de Morena.
Adán Augusto, coordinador de los senadores de Morena, acumula polémicas que han encendido las alarmas. Una investigación de N+ reveló que entre 2023 y 2024 recibió 79 millones de pesos de empresas privadas que no reportó en su declaración patrimonial, lo que desató nuevas acusaciones de corrupción.
Riva Palacio asegura que durante el sexenio de López Obrador hubo un “blindaje político” alrededor de Adán. Ni la Secretaría de la Función Pública, ni Hacienda ni la Unidad de Inteligencia Financiera revisaron las inconsistencias en sus ingresos, lo que, según el periodista, evidencia el nivel de protección que recibió en esos años.
Lo cierto es que Adán se ha convertido en uno de los personajes más incómodos para Sheinbaum, pues su nombre genera controversia incluso dentro de Morena. Con elecciones en 2027 a la vuelta de la esquina, los escándalos internos amenazan con fracturar la imagen de unidad que el partido intenta mantener frente a la oposición.
El futuro político del senador es incierto, pero su caso no solo compromete a su propia figura: también abre una batalla interna que podría marcar el rumbo del obradorismo en los próximos años.
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