Salvatierra, Guanajuato — En la mañana del 7 de octubre, lo que parecía una denuncia más en redes sociales se convirtió en escena dramática y violenta. Guadalupe “N”, mejor conocido como Don Nico, un vendedor de helados de la comunidad Urireo, fue víctima de un atentado mientras transmitía en vivo por Facebook para denunciar los baches y el abandono de la carretera local. Dos hombres encapuchados que viajaban en motocicleta le dispararon varias veces frente a la cámara, dejando al comerciante gravemente herido y escenas estremecedoras inmortalizadas en video.
Durante la transmisión, en medio de disparos y desesperación, Don Nico habló con su esposa y lanzó frases desgarradoras: “Te amo, ya me mataron… cuida a mis hijos, corazón…”. Luego de recibir al menos tres impactos de bala —de acuerdo con versiones oficiales — fue trasladado al hospital, donde se reporta fuera de peligro.
Don Nico no era un ciudadano más: su espacio “Helados Nico” servía como plataforma comunitaria para alzar la voz en Urireo, invitar a acciones ciudadanas y denunciar el deterioro vial que afecta a conductores y peatones. Días antes del ataque, había convocado a la colecta para surtir materiales de bacheo ante la falta de atención de las autoridades.
Al enterarse del suceso, las autoridades locales condenaron el ataque. En un comunicado, el municipio de Salvatierra expresó que desde el momento de los hechos colabora con la Fiscalía General del Estado de Guanajuato (FGEG) para esclarecer responsabilidades. En la conferencia matutina, la presidenta Claudia Sheinbaum afirmó que el gabinete de Seguridad federal ya investiga este caso lamentable. El alcalde morenista José Daniel Sámano también se pronunció: dijo que este acto violento “atenta contra la tranquilidad” de las comunidades y urgió una respuesta firme.
Este episodio se suma al complicado panorama de violencia en Guanajuato. A pesar de que algunas cifras oficiales muestran reducciones en ciertos delitos, los estados del Bajío viven una escalada de agresiones: los grupos del crimen organizado han diversificado sus métodos y apuntado a figuras vulnerables que cuestionan su poder. Salvatierra, por ejemplo, fue escenario de una masacre durante una posada en diciembre de 2023, cuando al menos 11 personas murieron.
El ataque a Don Nico llama atención por su crudeza y por la exposición en tiempo real del momento de violencia: no solo se atentó contra la vida de un ciudadano, sino contra la libertad de expresión en su forma más directa. La criatura del video quedó grabada: el momento en que la cámara cae, la agonía, la denuncia.
Para los vecinos de Urireo, este hecho representa muchas verdades silenciadas: caminos destrozados, promesas incumplidas, inseguridad que avanza sin control. Para las autoridades, una prueba urgente: ¿podrán dar con los responsables y garantizar justicia y protección para quienes solo buscan que se repare una carretera?
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