Desde 2026 los visitantes extranjeros tendrán que pagar tarifas más altas para entrar a museos y zonas arqueológicas a cargo del INAH, según una propuesta que se está analizando en el marco del Paquete Económico 2026. Para mexicanos y residentes extranjeros con documento válido, los precios seguirán siendo los mismos, con los descuentos establecidos por la Ley Federal de Derechos.
El aumento podría ser bastante fuerte: algunos accesos subirían hasta 223 %, dependiendo de la categoría del recinto. En la categoría más alta, museos como el Nacional de Antropología, Teotihuacán o Monte Albán tendrían un precio de entrada alrededor de 209 pesos para turistas, cuando hoy cuestan unos 100 pesos. Otros recintos en categorías más bajas también verían aumentos similares, aunque con descuentos fuertes para quienes residan en el país.
El argumento oficial es que esos ingresos servirán para costear mantenimiento, conservación, restauración, investigación, operación y mejora de infraestructura cultural. Pero el nuevo plan entra en un contexto complicado: el presupuesto para Cultura (Secretaría de Cultura, INAH e INBAL) sufrirá un recorte real de entre 13 % y 16 % para 2026, lo que significa menos dinero disponible justo cuando los costos de conservación suben por inflación, deterioro de infraestructura y necesidades crecientes.
Organismos culturales advierten que esta doble presión —menos presupuesto y tarifas más altas— podría impactar la asistencia nacional, así como la capacidad de los museos para seguir abiertos y ofrecer servicios adecuados. Hay quienes temen que algunas zonas arqueológicas se vuelvan inaccesibles para mexicanos promedio si los incrementos de tarifas son muy altos o mal comunicados.
Por ejemplo, recintos de la categoría 3 —que incluyen algunos museos más pequeños o menos visitados— podrían ver tarifas crecer de 75 pesos a más de 140-150 pesos. En cambio, museos grandes emblemáticos subirían de 100 pesos a más de 200 para turistas extranjeros.
También existen consideraciones de justicia cultural: quedan exentos del pago quienes tienen credenciales vigentes como estudiantes, maestros, menores de 13 años, personas de la tercera edad con credencial del INAPAM, personas con discapacidad, indígenas que vivan cerca de los recintos, investigadores o pasantes que hagan trabajos autorizados.
Queda pendiente cómo se aprobará esta propuesta en la Cámara de Diputados, y si los recortes presupuestales sufrirán cambios durante el proceso legislativo. También se ha planteado cuestionar si los descuentos serán suficientes para proteger el acceso cultural de comunidades de bajos ingresos. En muchos casos, el valor simbólico y educativo de estos recintos va más allá del precio de entrada.
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