La marcha nacional «México se Levanta», impulsada por colectivos juveniles como Generación Z México, arranca este sábado en al menos 78 ciudades del territorio, con la Ciudad de México como epicentro. El detonante principal es el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, acribillado el 1 de noviembre en un atentado que dejó claro el avance de la inseguridad en zonas electorales. Los participantes, nacidos entre 1997 y 2012, alzan la voz contra la violencia, la corrupción, el desempleo juvenil y la falta de oportunidades, en una movida apartidista convocada vía redes sociales. En la CDMX, el contingente se concentra desde las 10:00 horas en el Ángel de la Independencia, con salida programada a las 11:00 hacia el Zócalo, donde se espera un mitin alrededor de las 13:00.
El recorrido en la capital sigue el clásico carril de Paseo de la Reforma, esa arteria ancha que ya ha visto de todo, desde glorietas con el Ángel posando impasible hasta multitudes que la convierten en río humano. De ahí, el flujo avanza por Avenida Juárez, dobla en Eje Central Lázaro Cárdenas y remata en el Zócalo, frente al Palacio Nacional, cubriendo unos 4.5 kilómetros. En Guadalajara, por ejemplo, arrancan del Parque Agua Azul a las 12:00; en Monterrey, de la Explanada de los Héroes a las 11:00; y en Puebla, del Gallito a la Fuente del Zócalo a las 11:00. La simultaneidad en estas urbes busca amplificar el mensaje: un México que no se raja ante la bronca cotidiana.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana de la CDMX ya soltó el operativo, con cierres viales que van a armar un desmadre en el centro, pero controlado. Desde las 10:00 horas, Paseo de la Reforma se cierra total en sentido poniente-oriente, de la Glorieta del Ángel hasta Juárez, con desvíos por Insurgentes Norte o Circuito Interior. Avenida Juárez y Eje Central tendrán accesos restringidos de 11:00 a 13:00, mientras que alrededor del Zócalo, calles como 5 de Mayo, 20 de Noviembre y Pino Suárez se intermiten hasta las 16:00. La Semovi recomienda apps como Waze para esquivar el jale, y el Metro podría verse saturado en líneas 1 y 2. En total, el impacto dura unas seis horas, pero sin afectaciones a comercios, según los organizadores.
Carlos Manzo, el sombrero charro que se convirtió en símbolo, era un morenista de 38 años que apenas asumía su segundo mandato en Uruapan cuando una ráfaga de balazos lo tumbó en plena calle. El caso, investigado como ataque dirigido, suma a una ola de violencia política que ha cobrado 35 vidas de candidatos en el ciclo electoral reciente, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. La marcha lo honra con playeras blancas y sombreros, un guiño ranchero que resuena en Michoacán, epicentro de la bronca por el narco. Familiares y compañeros de Manzo han pedido justicia en redes, sin meter partidos en el ring.
El sector salud se suma al brinco, con médicos y enfermeras en bata blanca marchando por la inseguridad que también les pega, como en los secuestros de personal en Guerrero o los robos en hospitales del norte. Esta alianza juvenil-médica amplía el alcance, recordando que la bronca no es solo de los chavos: en 2025, el desempleo juvenil ronda el 8.5%, per INEGI, y la corrupción devora el 10% del PIB, según Transparencia Internacional. Voces como la de Paola Garate, activista de Generación Z, enfatizan en X: «No es contra nadie, es por México; salgan con sombrero y playera, que el mensaje llegue limpio».
Autoridades como la jefa de Gobierno, Clara Brugada, han blindado el Palacio Nacional con vallas de tres metros, un cerco metálico que ya se ve en Moneda y Corregidora, para evitar roces. La SSC desplegará 5,000 elementos en la capital, con énfasis en la paz: «Cualquier vandalismo no nos representa», advierten los convocantes en su comunicado del 11 de noviembre. En otras ciudades, como Tijuana o Culiacán, los horarios vespertinos evitan choques con el solazo, y caravanas desde el Edomex facilitan el arribo. El C5 CDMX actualiza en tiempo real vía @OVIALCDMX, para que el que maneje no se coma un coraje extra.
Más allá del bullicio en Reforma, donde el tráfico ya huele a claxon desde temprano, la marcha pinta para ser la más grande de jóvenes en años, superando la del 8 de noviembre con 10,000 asistentes estimados en CDMX. Datos de la SSC indican que eventos similares han movido hasta 50,000 pies en el centro, sin mayores incidentes. Para el lector que planea el día, el tip es simple: si vas al Zócalo, llega en Trolebús o a pie; si cruzas la ciudad, opta por Periférico o Viaducto. Y para los que se queden en casa, el mitin se transmitirá en vivo por @generacionz_mx.
Complementando el panorama, en el extranjero hay ecos: mexicanos en Los Ángeles y Madrid suman firmas virtuales. La convocatoria, que arrancó con 22 ciudades el 4 de noviembre, creció a 78 en una semana, mostrando cómo las redes tejen una red nacional sin líderes fijos. Al final del día, cuando el sol baje en el Zócalo, quedará el posicionamiento colectivo: un grito por un México menos chueco, con los chavos al frente y el sombrero de Manzo como faro.




































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