Miles de civiles, activistas y representantes de organizaciones sociales se movilizaron en distintos puntos del país para exigir al gobierno federal, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, que rompa relaciones diplomáticas, económicas, comerciales y militares con Israel.
La demanda, que ha cobrado fuerza en marchas realizadas en la Ciudad de México y otras entidades, sostiene que mantener vínculos con Israel implica complicidad con crímenes de lesa humanidad y actos de genocidio contra el pueblo palestino, como ha sido documentado por la Comisión Internacional Independiente de Investigación de la ONU sobre los territorios palestinos ocupados.
Durante las movilizaciones, los manifestantes portaron banderas palestinas y pancartas con consignas como “México no puede ser cómplice” y “Gaza resiste”, al tiempo que acusaron al gobierno israelí, encabezado por Benjamín Netanyahu, de cometer violaciones sistemáticas a los derechos humanos.
Las organizaciones convocantes también trazaron un paralelismo entre la violencia de Estado en Palestina y los procesos de represión y exterminio que —afirman— se han vivido en México, especialmente contra comunidades indígenas y movimientos sociales.
En ese contexto, exigieron que el Estado mexicano actúe con coherencia y apego a su política exterior de autodeterminación de los pueblos y promoción de la paz, abriendo además corredores humanitarios para Gaza y suspendiendo cualquier tipo de cooperación con Israel.
“México tiene una tradición diplomática basada en la defensa de los derechos humanos y la soberanía de los pueblos; mantener relaciones con un gobierno genocida contradice nuestros principios constitucionales”, señalaron representantes de diversas organizaciones durante los actos públicos.
La exigencia central es clara: que el gobierno mexicano rompa todo vínculo con Israel y adopte una postura firme de condena frente a las acciones que califican como genocidas, reafirmando así su compromiso con la justicia internacional y la paz.
Deja una respuesta