En la capital del país, rebasar los límites permitidos de alcohol al conducir puede derivar en arresto administrativo, pérdida de puntos en la licencia y el remolque del vehículo. El Programa Conduce Sin Alcohol, conocido popularmente como alcoholímetro, mantiene umbrales específicos cuya violación implica el traslado inmediato al Centro de Sanciones Administrativas, mejor conocido como El Torito.
De acuerdo con la normativa vigente en la Ciudad de México, una persona conductora particular incurre en falta cuando supera los 0.8 gramos de alcohol por litro de sangre o 0.40 miligramos por litro de aire espirado durante la prueba. Estos parámetros están establecidos en la Ley de Cultura Cívica y son aplicados por la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).
En el caso de quienes conducen transporte público, mercantil o de carga, la regulación es aún más estricta: se aplica tolerancia cero, por lo que cualquier presencia de alcohol detectable constituye una infracción administrativa y motivo de sanción inmediata.
Las consecuencias por exceder los límites permitidos incluyen arresto inconmutable de 20 a 36 horas, retiro de seis puntos de la licencia de conducir, así como el envío del vehículo al depósito vehicular. Adicionalmente, la persona infractora puede ser canalizada a cursos de sensibilización sobre los riesgos del consumo de alcohol y la conducción.
Autoridades capitalinas han reiterado que el alcoholímetro tiene un carácter preventivo, cuyo objetivo principal es reducir accidentes viales relacionados con el consumo de bebidas alcohólicas. La SSC ha señalado que este programa ha contribuido de manera significativa a la disminución de muertes y lesiones graves por hechos de tránsito en la ciudad.
Respecto a los llamados “equivalentes”, especialistas advierten que no existe una cantidad segura universal, ya que el nivel de alcohol en la sangre varía según factores como peso corporal, sexo, metabolismo y el tiempo de ingesta. Sin embargo, estimaciones indican que una o dos cervezas pueden acercar al límite legal, especialmente en mujeres de entre 50 y 60 kilogramos.
Ante este panorama, el Gobierno de la Ciudad de México insiste en la recomendación de no mezclar alcohol y manejo, optar por un conductor designado o utilizar aplicaciones de transporte. Estas medidas buscan no solo evitar sanciones, sino proteger la vida de conductores, pasajeros y peatones.
La aplicación del alcoholímetro opera de manera permanente y aleatoria en distintos puntos de la ciudad, especialmente durante fines de semana, periodos vacacionales y eventos masivos, conforme a los lineamientos establecidos por las autoridades de seguridad vial.





































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