Por Juan Pablo Ojeda
La Ciudad de México amaneció este jueves 18 de septiembre con un panorama complicado para miles de automovilistas y usuarios del transporte público. Diversas marchas, bloqueos y cierres viales mantienen a la capital en un estado de constante embotellamiento, obligando a los ciudadanos a reorganizar sus trayectos y horarios.
Desde las primeras horas de la mañana, la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) advirtió sobre concentraciones de manifestantes en puntos clave. Una de las más significativas se registró en Avenida Insurgentes Sur a la altura de Eje 6 Sur, en la alcaldía Benito Juárez, donde un grupo de inconformes bloqueó parcialmente la circulación. Otra protesta se llevó a cabo en las inmediaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, lo que generó retrasos para viajeros y complicaciones en los accesos.
Al sur de la ciudad, la Calzada de Tlalpan con Calzada Taxqueña se convirtió en otro punto conflictivo debido a un contingente que marchó con dirección al centro. Estas movilizaciones se suman a los cierres viales que permanecen en Paseo de la Reforma, Avenida Juárez y la zona del Zócalo, derivados de los preparativos y desmontajes posteriores al Desfile Militar del 16 de septiembre.
La combinación de marchas y cierres provocó que las rutas alternas, como Viaducto, Río Churubusco y Circuito Interior, también se vieran saturadas. Usuarios en redes sociales reportaron traslados que normalmente tomarían 20 minutos y que este día superaron la hora y media.
Autoridades capitalinas recomendaron a los ciudadanos anticipar sus salidas, evitar las zonas de mayor conflicto y optar por transporte público en lugar del automóvil particular. Aun así, también el Metro y el Metrobús registraron alta afluencia, sobre todo en las líneas que cruzan el Centro Histórico.
Con las movilizaciones extendiéndose a lo largo del día, la CDMX enfrenta una de esas jornadas donde moverse por la ciudad se convierte en un reto de paciencia, planeación y resistencia al tráfico.
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