Lo que está ocurriendo en Ciudad de México con el “DeBÍ TiRAR MáS FOToS World Tour” de Bad Bunny no es solo una gira: es un fenómeno económico y cultural sin precedente reciente.
Desde el Estadio GNP Seguros, Benito Martínez Ocasio ha convertido cada fecha en un imán de turismo, consumo y movilidad que está transformando la capital durante diciembre.
La llegada del artista convirtió a la CDMX en un punto de encuentro global, marcando una de las movilizaciones de público más grandes del año en América Latina.
CDMX, epicentro global del turismo musical
Las cifras son contundentes:
- Más de 77 países enviaron asistentes exclusivamente para ver al “Conejo Malo” en la capital mexicana.
- El 45% del público proviene de otros estados de la República, con un impacto directo en la ocupación hotelera, el consumo en restaurantes y la movilidad urbana.
De acuerdo con la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco), CDMX se consolida así como uno de los destinos musicales más potentes de la región.
La derrama millonaria del “Conejo Malo”
La Canaco CDMX estimó que las ocho fechas programadas en el Estadio GNP Seguros —10, 11, 12, 15, 16, 19, 20 y 21 de diciembre— generarán una derrama económica monumental de 3,228 millones de pesos.
Desglose de la derrama económica:
- Venta de boletos: 2,262 millones de pesos
- Alimentos y bebidas: 550.3 millones de pesos
- Ocupación hotelera: 416 millones de pesos (con una ocupación esperada del 80% al 90% en zonas aledañas)
En total, se prevé una asistencia acumulada de 500,000 a 520,000 personas, un volumen comparable al de grandes festivales internacionales.
Los principales sectores beneficiados son:
restaurantes, bares, servicios turísticos, aplicaciones de movilidad, hoteles y comercios de souvenirs.
La demanda que rompió todas las expectativas
El fenómeno inició desde la preventa.
¡3 millones de personas! entraron a Ticketmaster para intentar conseguir un boleto, posicionando al tour entre los más demandados en la historia reciente de México.
El público que domina las gradas pertenece mayoritariamente a la Generación Z y Millennial:
- 60% tiene entre 18 y 34 años, confirmando a Bad Bunny como el artista insignia de las nuevas generaciones.
Este auge coincide con tendencias globales señaladas por el estudio Living for Live de Live Nation:
- 59% de los fans del mundo viaja al menos una vez al año para asistir a un concierto.
- 68% gasta igual o más en viajes musicales que en otros tipos de viajes.
En otras palabras, los conciertos ya no son solo espectáculos: son experiencias destino que impulsan el turismo a nivel internacional.
El show: una inmersión visual y sonora
La puesta en escena del tour ha sido diseñada por el propio Bad Bunny, integrando elementos visuales inmersivos, escenografía cinemática y una narrativa sonora que redefine el género urbano en vivo.
Para muchos asistentes, asistir al concierto no es solo ver a su artista favorito: es participar en una experiencia estética completa.
Los conciertos de Bad Bunny en CDMX no solo llenaron un estadio; movieron hoteles, restaurantes, transporte, turismo y comercio.
Con una derrama de más de 3 mil millones de pesos, miles de viajeros internacionales y un flujo de fans pocas veces visto, el artista confirma su poder para transformar ciudades.
La capital mexicana se consolida como un punto clave para el entretenimiento global… y el Conejo Malo como uno de los artistas más influyentes del planeta.
































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