Angélica Beltrán, Noticias de México
CDMX a 20 de diciembre del 2025 (Noticias de México).- Fernando Benítez ocupa un lugar central en la historia intelectual y periodística de nuestro país. Fue mucho más que un reportero o un editor: fue cronista del México profundo; un mediador entre lo urbano y las culturas originarias, y un precursor del periodismo de investigación cultural cuando este campo aún no tenía nombre ni prestigio institucional.
Nació en la Ciudad de México el 16 de enero de 1912. Se formó en un entorno marcado por la posrevolución y la búsqueda de una identidad nacional. Desde muy joven entendió que el periodismo no debía limitarse a reproducir versiones oficiales, sino que tenía la obligación de observar, preguntar y narrar aquello que el poder prefería ignorar. Esa convicción guiaría toda su trayectoria profesional y literaria.
Su paso por los periódicos Excélsior y El Nacional fue decisivo para la consolidación del periodismo cultural en México. Fernando Benítez fue fundador y director de suplementos emblemáticos como México en la Cultura, espacio desde el cual impulsó a generaciones de escritores, artistas e intelectuales. Bajo su conducción, el suplemento se convirtió en un laboratorio de ideas, crítica y creación, alejado del servilismo político y del entretenimiento superficial.
Uno de los grandes aportes de Fernando Benítez fue romper la frontera entre literatura, antropología y periodismo. Para él, narrar la realidad implicaba comprenderla desde dentro, convivir con sus protagonistas y otorgarles voz propia. Esta mirada se expresa con fuerza en su obra más conocida, Los indios de México, una serie de volúmenes que documentan la vida, cosmovisión y resistencia de los pueblos originarios con rigor, empatía y profundidad narrativa.
En Los indios de México, Benítez exploró la historia, las tradiciones y la lucha de las comunidades indígenas; las muestra en su complejidad histórica, atravesadas por la marginación, la violencia y el despojo, pero también por una riqueza cultural viva y persistente. El autor asume una postura crítica frente al Estado mexicano y denuncia el abandono sistemático de estos pueblos, adelantándose a debates que hoy siguen vigentes.
Otra obra fundamental es En la tierra mágica del peyote, crónica de su convivencia con los huicholes y su acercamiento al universo simbólico del peyote. En este libro, Benítez combina el relato de viaje con la reflexión antropológica y la prosa literaria, ofreciendo una mirada respetuosa y fascinada por una espiritualidad ajena al racionalismo occidental. El texto se convirtió en un clásico por su capacidad de traducir una experiencia cultural desconocida para el México moderno de su tiempo.
Benítez entendía el periodismo de investigación como un ejercicio ético antes que técnico. Su método se basaba en el trabajo de campo, la observación prolongada y la escucha atenta. No buscaba el golpe informativo inmediato, sino la comprensión profunda de los procesos sociales. En ese sentido, fue un adelantado a su tiempo y un referente para el periodismo narrativo contemporáneo.
Además de su obra escrita, su legado se expresa en la formación de nuevos periodistas y escritores. Desde los suplementos culturales que dirigió, abrió espacios a voces críticas y renovadoras, defendió la libertad intelectual y resistió presiones políticas. Su salida de Excélsior tras el golpe al periódico en 1976 confirmó su coherencia y su compromiso con un periodismo independiente.
Fernando Benítez falleció en el año 2000, a la edad de 88 años, y su obra mantiene una vigencia notable. En un país donde persisten la desigualdad, el racismo y la incomprensión cultural, sus libros siguen interpelando al lector y recordando que el periodismo puede ser una herramienta de conocimiento, denuncia y memoria histórica.
Leer hoy a Fernando Benítez es volver a mirar a México desde sus raíces más profundas. Es reconocer que la cultura no es un adorno, sino un campo de disputa, y que el periodismo, cuando se ejerce con honestidad y sensibilidad, puede convertirse en una forma de justicia narrativa para quienes históricamente han sido ignorados.
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