Por Juan Pablo Ojeda
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo fijó una postura clara frente a la creciente tensión entre Estados Unidos y Venezuela: México no respalda la intervención y apuesta por la diplomacia. Desde Palacio Nacional, la mandataria llamó a la Organización de las Naciones Unidas a “asumir su papel” para evitar un posible derramamiento de sangre ante la escalada del conflicto.
Sheinbaum dejó en claro que, más allá de las opiniones que existan sobre el gobierno de Venezuela o la presidencia de Nicolás Maduro, la posición de México debe ser consistente con su política exterior histórica. En palabras sencillas, eso significa rechazar la injerencia extranjera y apostar siempre por soluciones pacíficas. Para la presidenta, cuando los conflictos internacionales se resuelven con fuerza, quienes terminan pagando el costo son las poblaciones civiles.
El pronunciamiento se dio luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara un “bloqueo total” contra petroleros sancionados que entren o salgan de Venezuela. La medida representa una escalada importante dentro del operativo militar que Washington mantiene en aguas internacionales del Caribe, el cual, según la versión oficial, busca combatir al narcotráfico que opera en la región.
Sheinbaum enmarcó su mensaje en los principios clásicos de la diplomacia mexicana: no intervención, no injerencia extranjera, autodeterminación de los pueblos y solución pacífica de las controversias. Bajo esta lógica, México insiste en que los desacuerdos entre países deben resolverse mediante el diálogo y los canales diplomáticos, no con bloqueos, presiones militares o acciones unilaterales.
La presidenta subrayó que, ante situaciones de alto riesgo como la que se vive entre Washington y Caracas, el sistema multilateral debe jugar un papel central. Por eso pidió que la ONU intervenga políticamente para contener el deterioro del conflicto. Incluso fue crítica al señalar que, en este episodio, el papel del organismo internacional no ha sido visible, al afirmar que “no se le ha visto”.
Del lado estadounidense, Trump justificó el bloqueo al señalar que el gobierno venezolano utiliza el petróleo para financiar actividades ilegales como el narcotráfico, la trata de personas y otros delitos. Sin embargo, tras el anuncio, no está claro cuántos petroleros resultarían afectados ni cuáles serían las consecuencias reales para la ya golpeada industria petrolera venezolana.
En ese contexto, también se recordó que el Comando Sur de Estados Unidos ha intensificado sus operaciones en la región. Desde agosto, ha reportado ataques a más de 30 embarcaciones supuestamente ligadas al narcotráfico y recientemente incautó el petrolero Skipper, que transportaba crudo venezolano cerca de la costa del país sudamericano, bajo una orden judicial.
Para el gobierno mexicano, este tipo de acciones incrementan el riesgo de un conflicto mayor. Por eso, el mensaje de Sheinbaum busca poner un alto desde la vía diplomática y reforzar la idea de que la paz y el diálogo siguen siendo la mejor salida, incluso en los escenarios internacionales más tensos.
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