Guadalajara, 2 de diciembre de 2025. En un contexto mundial marcado por el avance tecnológico, el resurgimiento de posturas autoritarias y la desinformación, rectoras y rectores de México, España e Italia coincidieron en que las universidades deben fortalecerse como espacios de pensamiento crítico, defensa de los valores democráticos y protección del conocimiento como bien público. El llamado se realizó durante la mesa “La universidad ante el complejo escenario mundial”, parte de la agenda FIL Pensamiento en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Los participantes destacaron que las instituciones de educación superior enfrentan nuevos desafíos que obligan a replantear su papel ante la sociedad. Entre ellos, la defensa de la autonomía universitaria, la recuperación de la confianza pública en la academia, la protección del conocimiento científico y la formación de ciudadanos tolerantes, críticos y comprometidos con la diversidad.
El rector de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, subrayó que la autonomía universitaria es indispensable para garantizar la libertad de cátedra e investigación. “Debe protegerse no solo frente al Estado, sino también frente al mercado, intereses económicos y extremismos religiosos e ideológicos que buscan influir en la docencia, la investigación y la difusión cultural”, afirmó. También advirtió que la universidad debe seguir democratizando el conocimiento y combatiendo la proliferación de información falsa.
Por su parte, la rectora general de la Universidad de Guadalajara, Karla Planter Pérez, enfatizó que en una época de incertidumbres estructurales la universidad debe ser “el lugar donde la humanidad se piense a sí misma” y un espacio de racionalidad pública. Subrayó que hoy es urgente recuperar el valor de la verdad científica y reforzar el pensamiento crítico ante el desprecio creciente hacia el conocimiento.
Desde España, el rector de la Universidad de Barcelona, Joan Guàrdia Olmos, advirtió sobre el riesgo que enfrenta la confianza social en la academia al existir actores que operan sin calidad ni rigor. Afirmó que una universidad de calidad “es una institución incómoda”, porque explora territorios inéditos, plantea preguntas nuevas y evidencia problemas antes invisibles, lo cual puede chocar con estructuras políticas cortoplacistas.
En la misma línea, la rectora de la Universidad Pompeu Fabra, Laia de Nadal, señaló que ante las aceleradas transformaciones tecnológicas y sociales, las instituciones deben proteger su identidad y autonomía sin dejar de adaptarse. Planteó que la universidad debe ser “menos una fábrica de títulos y más una estructura democrática al servicio de la sociedad y el progreso”.
El rector de la Universidad Autónoma de Barcelona, Francisco Javier Lafuente Sancho, destacó la importancia de seguir democratizando el conocimiento para que este llegue a la mayoría de los ciudadanos. Añadió que las universidades deben prepararse para recibir nuevamente a sus egresados y ofrecerles herramientas de actualización que respondan a los cambios del entorno global.
En la sesión, moderada por Enrique Cabrero Mendoza, director del Instituto de Investigación en Políticas Públicas y Gobierno de la Universidad de Guadalajara, también participó el rector de la Universidad de Perugia, Italia, Massimiliano Marinelli, quien coincidió en la necesidad de que la educación superior continúe siendo un bastión de reflexión, pluralidad y formación humanista.


































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