Por Bruno Cortés
Cada primero de diciembre el mundo hace una pausa para recordar algo que no debería olvidarse: la lucha contra el VIH y el SIDA sigue viva. No es una efeméride más, sino un recordatorio de que millones de personas enfrentan esta condición, de que miles han perdido la vida y de que el estigma, aunque muchos crean que ya quedó en los ochenta, aún sigue ahí. Por eso, desde el Congreso, el presidente de la Junta de Coordinación Política, Ricardo Monreal, envió un mensaje claro: es momento de transformar por completo la forma en que respondemos al VIH.
Monreal participó virtualmente en un encuentro organizado por la Comisión de Diversidad, donde recordó que este año el lema mundial es “Superar las disrupciones, transformar la respuesta al SIDA”. Y no es casualidad. Aunque los avances médicos han permitido que hoy vivir con VIH ya no sea una sentencia de muerte, todavía existen enormes pendientes: desigualdad en el acceso a tratamientos, prejuicios que frenan la atención y gobiernos que no invierten lo suficiente. La ciencia avanzó, pero las políticas públicas no siempre caminan al mismo ritmo.
Por eso, Monreal insistió en que se necesita un nuevo enfoque. No uno decorativo, de esos que solo cambian el discurso, sino un cambio real que involucre a países, organismos internacionales y comunidades. Un enfoque que ponga en el centro los derechos humanos y que empuje a las naciones a revisar cómo financian y organizan sus programas de atención. Porque, como dijo el legislador, no basta con esfuerzos aislados: sin coordinación global es imposible cerrar brechas, mejorar la prevención y garantizar tratamientos para todos.
México tampoco puede quedarse atrás. Y el mensaje del Congreso va en ese sentido: el Poder Legislativo trabajará para actualizar leyes, revisar recursos y garantizar que la política de salud llegue de verdad a quienes más lo necesitan. Monreal también reconoció el trabajo de quienes llevan años empujando estas causas desde dentro, como el diputado Jaime López Vela, cuya labor, dijo, ha significado salvar vidas y dignificar a quienes históricamente han sido marginados.
El legislador también destacó el papel de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien —afirmó— ha comenzado a implementar acciones para fortalecer la respuesta nacional frente al VIH dentro de la Estrategia Nacional de Salud. Aunque ya hay avances, reconoció que todavía hay temas pendientes que deben convertirse en realidad.
Al final, el mensaje es sencillo, pero profundo: recordar el Día Mundial del SIDA no es solo ver una fecha en el calendario; es un llamado a no rendirse y a redoblar esfuerzos. Porque mientras haya desigualdad, estigma o personas sin acceso a tratamiento, la lucha sigue siendo urgente.
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