Por Juan Pablo Ojeda
Los Auténticos Tigres de la UANL volvieron a demostrar que el Estadio Banorte no les intimida y que las dinastías, por más sólidas que parezcan, también caen. Con un cierre digno de leyenda y un gol de campo fallado que heló a toda la tribuna, los felinos derrotaron 33-30 a los Borregos Monterrey para coronarse campeones de la ONEFA 2025 y sumar el séptimo título de su historia.
El partido tuvo aroma a revancha desde el kickoff. La UANL, cuyo único tropiezo del año había sido justamente ante los Borregos, salió a cobrar cuentas pendientes. Y lo hizo de inmediato: en la primera jugada ofensiva, Ángel Alvarado atravesó la defensiva del Tec con un acarreo de 75 yardas que marcó el tono de la noche.
Los visitantes aprovecharon el impulso con dos goles de campo de Reynaldo Blanco para ponerse 12-0, pero el Tec no tardó en responder. Fernando Sarabia sacudió el Estadio Banorte con un bombazo de 55 yardas a Alejandro Elizondo, recordándole a todos por qué buscaban su cuarto campeonato al hilo.
Los Tigres, fieles a su estilo físico, siguieron machacando por tierra. Eduardo Martínez amplió la ventaja y los Borregos solo lograron descontar con un gol de campo antes del descanso. El marcador 19-10 dejaba claro que Monterrey estaba contra las cuerdas.
En la segunda mitad, Sarabia insistió y halló de nuevo a Elizondo en las diagonales. Pero Auténticos respondió con autoridad: anotación de Jorge Chaib y segundo touchdown de Alvarado para poner las cosas 33-17. Parecía sentencia.
Pero el Tec jamás muere sin pelear. En el último cuarto, Sarabia conectó un pase profundo de 51 yardas con Daniel Santos, quien se estrenó en la zona de anotación. Y cuando el partido pedía un héroe, el mariscal del Tec se puso la capa: en cuarta y largo, lanzó un misil de 70 yardas otra vez para Santos, dejando el duelo 33-30 y el ambiente al borde del colapso.
El clímax llegó a 60 segundos del final. Daniel Medina se preparó para un gol de campo de 56 yardas que hubiera empatado todo… pero el balón se quedó corto. Silencio en el Banorte, euforia en la UANL. Los Tigres levantaron el trofeo y frenaron la hegemonía borrega.
Una final con todos los ingredientes: historia, drama y el rugido dorado que volvió a sonar en lo más alto de la ONEFA.
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