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La ciudad que despierta de noche: cómo crece el comercio nocturno seguro para mujeres en la CDMX

Durante décadas, la Ciudad de México ha sido una metrópoli vibrante, pero con una vida nocturna marcada por desigualdades: para muchas mujeres, desplazarse de noche implicaba riesgos, trayectos limitados y espacios poco adaptados a sus necesidades. En los últimos años, sin embargo, un fenómeno urbano se ha ido consolidando: el crecimiento del comercio nocturno seguro para mujeres, impulsado por políticas de movilidad, iniciativas empresariales y demandas sociales que exigen una ciudad más equitativa.

Este nuevo ecosistema nocturno no solo responde a la necesidad de seguridad, sino también a la creciente presencia femenina en trabajos nocturnos, horarios flexibles y rutinas asociadas al teletrabajo y el estudio. La transformación se articula en varios frentes clave.

Tiendas y servicios que amplían horarios con protocolos de seguridad

Una tendencia emergente en la CDMX es la apertura de tiendas de conveniencia, farmacias y supermercados con horarios extendidos que incorporan protocolos específicos: iluminación perimetral reforzada, cámaras visibles, personal capacitado en prevención de violencia y zonas de espera seguras para plataformas de movilidad. Estos establecimientos se han convertido en puntos de resguardo informal, especialmente en alcaldías como Benito Juárez, Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo, donde la demanda nocturna es más alta.

Además, algunas cadenas han empezado a implementar servicios como acompañamiento del guardia hasta el transporte o líneas directas para alertar sobre conductas de riesgo, acciones que están siendo replicadas por negocios independientes en zonas universitarias y corredores de oficinas.

Cafés de horario ampliado y coworkings nocturnos

Con la expansión del teletrabajo y los estudios profesionales a distancia, también crece la necesidad de espacios nocturnos seguros para concentrarse, trabajar o socializar sin miedo. Cada vez más cafés y coworkings en colonias como Roma, Narvarte, Del Valle o San Miguel Chapultepec operan hasta medianoche y ofrecen:

  • accesos controlados y registro digital de entradas;

  • áreas bien iluminadas dentro y fuera;

  • alianzas con taxis o apps de movilidad para viajes verificados;

  • zonas exclusivas para mujeres o áreas mixtas con vigilancia discreta.

Estos lugares se han convertido en refugios laborales para estudiantes y profesionistas que prefieren evitar calles solitarias o transporte saturado.

Transporte nocturno con perspectiva de género

El avance más visible es la incorporación de políticas de género en el transporte nocturno. Programas como el sendero seguro, la expansión de rutas de trolebús y RTP con operación nocturna, así como la iluminación estratégica en cruces peatonales, forman parte de un esfuerzo por permitir desplazamientos más tranquilos.

Hoy, líneas como el Trolebús Elevado, algunas rutas de Metrobús y el servicio “Nochebús” aplican medidas como:

  • zonas de ascenso exclusivas para mujeres;

  • paradas a solicitud durante la noche;

  • personal capacitado en atención a violencias;

  • videovigilancia activa en unidades;

  • reorganización de puntos de ascenso para evitar áreas de riesgo.

Estas acciones han mejorado la percepción de seguridad para miles de usuarias que regresan de trabajos de atención médica, call centers, restaurantes, turnos nocturnos o actividades académicas.

Rutas y corredores seguros: del urbanismo táctico a las intervenciones permanentes

Los corredores seguros con perspectiva de género han experimentado un crecimiento significativo. Este tipo de rutas —que conectan estaciones de transporte, centros laborales, escuelas y zonas habitacionales— integran iluminación LED, señalética clara, patrullaje constante y limpieza cotidiana para evitar puntos ciegos. En alcaldías como Iztapalapa, Cuauhtémoc y Azcapotzalco se han realizado renovaciones que incluyen murales comunitarios, botones de auxilio, cámaras y la eliminación de mobiliario urbano deteriorado que reducía la visibilidad.

Aunque todavía hay retos considerables, estas intervenciones demuestran que la seguridad no depende solo de vigilancia policial, sino de un diseño urbano cuidadoso que considere las necesidades reales de las mujeres.

Un nuevo modelo de ciudad nocturna

El crecimiento del comercio nocturno seguro para mujeres está empezando a redefinir la vida urbana en la CDMX. Lejos de limitarse a abrir negocios por más horas, implica crear una red de espacios, servicios y rutas con enfoque integral: accesibilidad, iluminación adecuada, conectividad segura y personal capacitado.

A mediano plazo, este modelo podría consolidar una economía nocturna inclusiva, donde la presencia femenina no sea excepcional ni riesgosa, sino parte natural del ritmo urbano. La capital avanza, paso a paso, hacia una noche más habitable, más luminosa y más libre para todas.

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