La movilización inició la tarde del domingo en el Ángel de la Independencia, donde jóvenes de diversas universidades y colectivos se reunieron con pancartas que exigían frenar la violencia y la impunidad, así como generar mayores oportunidades laborales para la juventud. “Queremos vivir sin miedo”, se leía en varios de los carteles.
Según información de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), el contingente avanzó sobre Paseo de la Reforma con la intención de llegar al Zócalo, sin embargo, el paso fue restringido debido a actividades culturales programadas en la Plaza de la Constitución, por lo que la marcha fue desviada y concentrada en el Hemiciclo a Juárez.
Durante el recorrido se observaron banderas inspiradas en la serie de anime One Piece, símbolo adoptado en diversas protestas internacionales por jóvenes que buscan expresar unidad frente a la desigualdad social. Las consignas, en su mayoría, se centraron en pedir justicia, seguridad y un gobierno más transparente.
De acuerdo con los organizadores, entre las demandas centrales de la marcha se encuentran: la reducción de la jornada laboral a 40 horas, el combate a la corrupción, la eliminación de la injerencia del crimen organizado en la política y el fin de la impunidad en crímenes contra jóvenes. Asimismo, expresaron solidaridad con causas internacionales, como la defensa de los derechos del pueblo palestino.
La participación fue visiblemente menor a la esperada. Aunque la convocatoria en plataformas digitales acumuló miles de interacciones, la asistencia presencial se mantuvo alrededor de un centenar de personas. Observadores coinciden en que esto refleja la dificultad de convertir tendencias digitales en movilización social tangible.
La capital se mantuvo en calma durante el desarrollo de la marcha. No se reportaron confrontaciones o incidentes graves, y el evento se desarrolló en un ambiente pacífico y apartidista, pese a algunas consignas dirigidas al gobierno federal y a Morena.
Colectivos participantes anunciaron que el próximo 15 de noviembre se llevará a cabo una nueva movilización, para la cual prevén una mayor asistencia y coordinación entre grupos estudiantiles y ciudadanos.
Esta jornada evidencia, por un lado, la creciente inquietud de las juventudes frente a problemas estructurales como la violencia y la precariedad laboral; y por otro, la presencia activa de las autoridades en la regulación del espacio público en el Centro Histórico de la capital.


































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