Política en Movimiento/Por Angélica Beltrán
CDMX a 3 de noviembre de 2025 (Noticias de México).-La tradicional fiesta de Día de Muertos, emblema de identidad y colorido para el pueblo mexicano, se tiñó de luto este año. Dos tragedias estremecieron al país: la explosión en una tienda Waldo’s en el centro de Hermosillo, que dejó 23 personas fallecidas y 11 heridas, y el asesinato del alcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, en pleno inicio de la festividad. Hechos distintos, pero unidos por el dolor y la violencia que opacan la alegría de una tradición que celebra la vida en la memoria de los muertos.
Aunque cada año México presume al mundo su peculiar forma de honrar a los difuntos, esta vez el regreso simbólico de las almas se vio acompañado por la tragedia real de familias que perdieron a sus seres queridos.
En Sonora, el gobernador Alfonso Durazo Montaño expresó su consternación y ofreció condolencias, asistencia médica, psicológica y económica a las víctimas de la explosión. Además, anunció una investigación con apoyo federal para esclarecer las causas del siniestro y deslindar responsabilidades. Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum ordenó la intervención de la Secretaría de Gobernación y autoridades de seguridad para atender el caso.
Mientras tanto, en Michoacán, la violencia volvió a cobrar víctimas. El asesinato del alcalde de Uruapan evidenció, una vez más, el poder del crimen organizado en la región. Dos presuntos responsables fueron capturados —uno abatido en el lugar de los hechos y otro detenido—, pero el mensaje es claro: los cárteles siguen dominando la Tierra Caliente. El edil, antes diputado federal, había denunciado públicamente que la espiral de violencia en el estado comenzó con la llamada “guerra contra el narcotráfico” del expresidente Felipe Calderón. Una guerra que, a casi dos décadas, continúa desangrando Michoacán.
Paradójicamente, mientras el país lloraba estas pérdidas, el Congreso federal aprobó una nueva ley contra la extorsión, endureciendo las penas para quienes cometen este delito. Sin embargo, la medida llega tarde para quienes ya fueron asesinados por negarse a pagar “derecho de piso”. En Michoacán, los productores de aguacate y limón siguen siendo blanco de este flagelo que sofoca la economía local y mantiene a la población bajo amenaza constante.
Así, el Día de Muertos 2025 se vio enlutado por las tragedias registradas en Sonora y Michoacán, donde la festividad de Todos los Santos, como también se le conoce, fue suspendida por orden de las autoridades, como muestra de respeto y empatía hacia las víctimas y sus familias. Un gesto político que, más allá del protocolo, refleja ética, sensibilidad y solidaridad ante el dolor de la comunidad.
Contrario a lo sucedido en la Ciudad de México el pasado septiembre, cuando la jefa de Gobierno, Clara Brugada, encabezó el encendido de luces en el zócalo capitalino como arranque de las fiestas patrias, al día siguiente de la explosión de una pipa en el puente la Concordia en la alcaldía Iztapalapa donde murieron 39 personas.
Esta acción de Brugada Molina, criticada por la ciudadanía ante la falta de empatía; contrastó con la prudencia y el respeto mostrados ahora en los gobiernos de Sonora y Michoacán, cuyo luto compartimos en todo México.
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