Este lunes el mundo de la ciencia celebra: los inmunólogos Mary E. Brunkow, Fred Ramsdell (ambos de EE. UU.) y Shimon Sakaguchi (Japón) obtuvieron el Premio Nobel de Medicina 2025 por descifrar cómo el organismo controla su propio sistema de defensa para evitar que se vuelva contra sí mismo.
Durante décadas, los especialistas se preguntaban: ¿cómo puede el sistema inmunitario atacar patógenos sin confundirlos con tejidos propios? Los galardonados respondieron a esa pregunta al revelar el mecanismo conocido como tolerancia inmunitaria periférica, y las células que actúan como “guardianes” del sistema: las células T reguladoras.
La investigación comenzó en 1995, cuando Sakaguchi identificó por primera vez un tipo especializado de célula T que suprime respuestas agresivas en el organismo, demostrando que la tolerancia no solo se generaba en el timo. Luego, en 2001, Brunkow y Ramsdell descubrieron en ratones que una mutación en un gen llamado FOXP3 desencadenaba enfermedades autoinmunes graves. Posteriormente, Sakaguchi demostró que ese mismo gen regula el desarrollo de las células reguladoras que él había identificado.
Hoy en día, más de 200 ensayos clínicos humanos exploran terapias basadas en células T reguladoras para tratar enfermedades autoinmunes, mejorar trasplantes o fortalecer tratamientos contra cáncer. Los descubrimientos de estos tres científicos no solo han reescrito libros de inmunología, sino que también abren la puerta a medicinas más precisas y menos agresivas.
Sakaguchi, de 74 años y profesor distinguido en la Universidad de Osaka, declaró que recibir este reconocimiento es “un honor” y expresó su esperanza de que este campo avance hacia aplicaciones clínicas reales. Brunkow trabaja en Seattle (Institute for Systems Biology) y Ramsdell colabora con empresas de biotecnología desde San Francisco.
El premio, que se entregará el 10 de diciembre, incluye una medalla, un diploma y un monto de 11 millones de coronas suecas a repartirse entre los tres investigadores.
Este reconocimiento nos recuerda que el equilibrio dentro de nuestro cuerpo es tan importante como la defensa contra lo externo. El sistema inmunológico no solo combate; aprende, regula, tolera. Y entender esas reglas es clave para curar lo que ahora no podemos.
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