El regreso de Marianne Gonzaga a las redes sociales ha desatado una intensa polémica entre los usuarios y la comunidad digital. Tras el intento de homicidio cometido contra Valentina Gilabert, la influencer ha comenzado a publicar videos en los que aparece sonriente y despreocupada, lo que ha generado críticas y preocupación por el tono de sus mensajes.
Frases como “Una no nace loca, la vuelven loca”, interpretadas por muchos como indirectas al incidente, han incrementado la confusión y el temor entre sus seguidores, provocando debates sobre la responsabilidad de las figuras públicas al expresarse tras hechos violentos.
La controversia se ha intensificado con el anuncio de un aumento en sus tarifas para colaboraciones en redes sociales, lo que algunos consideran un aprovechamiento de la exposición mediática derivada del acto violento. Mientras un sector del público condena sus acciones, otro la defiende, generando una polarización evidente en el ámbito digital.
Marianne Gonzaga ha respondido a las críticas asegurando que busca rehacer su vida y continuar su labor en redes sociales, afirmando que ha aprendido de sus errores y que no considera que deba detener su trabajo. Sin embargo, la polémica persiste, y su figura sigue siendo un foco de debate y atención en las plataformas digitales.
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