Por Juan Pablo Ojeda
Un tiroteo registrado este martes en la oficina del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Dallas, Texas, dejó un saldo trágico de dos muertos —un migrante detenido y el atacante—, además de varios heridos, según informaron las autoridades locales y federales.
El FBI y la policía de Dallas precisaron que ningún agente resultó herido y que se está investigando el hecho como un acto de “violencia selectiva”. El sospechoso falleció por una herida autoinfligida después de disparar hacia las instalaciones de ICE desde un edificio cercano. Tricia McLaughlin, portavoz del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), confirmó que el ataque ocurrió aproximadamente a las 6:40 h locales, justo cuando la policía recibió un llamado solicitando apoyo urgente.
Según las autoridades, las víctimas mortales y los heridos eran migrantes recluidos en el centro de ICE de Dallas, mientras que sus identidades aún no han sido reveladas. Joseph Rothrock, agente especial del FBI en Dallas, aclaró que no se trató de agentes de las fuerzas del orden, y que el atacante actuó de manera individual.
El director del FBI, Kash Patel, compartió en su cuenta de X una imagen de los cartuchos encontrados cerca de la escena con la frase “anti ICE” grabada, lo que sugiere un posible motivo ideológico detrás del ataque. Hasta el momento, las autoridades mantienen la investigación abierta y no descartan ninguna línea de análisis sobre la motivación del tirador.
El hecho ha generado preocupación entre funcionarios del gobierno estadounidense. Varios representantes del partido republicano, incluido el exvicepresidente JD Vance, calificaron el suceso como un acto de violencia dirigido específicamente contra las fuerzas del orden y pidieron medidas para detener este tipo de ataques. “El ataque obsesivo contra las fuerzas del orden, en particular contra ICE, debe parar”, escribió Vance en su cuenta de X.
Este incidente se suma a una serie de ataques contra instalaciones de migración en Texas durante 2025. En julio, diez personas fueron acusadas de participar en un tiroteo frente a un centro de detención de migrantes en Alvarado, dejando a un policía herido y siendo calificado por el Departamento de Justicia como un “ataque organizado”. Ese mismo mes, agentes federales respondieron a un tiroteo en McAllen, donde un hombre disparó contra un edificio de la Patrulla Fronteriza, dejando al menos un herido antes de ser abatido.
Las autoridades han reiterado la necesidad de mantener la calma, reforzar las medidas de seguridad en los centros de detención y seguir investigando todas las posibles motivaciones detrás de este tipo de ataques. Mientras tanto, la comunidad local y los organismos federales mantienen alerta máxima ante cualquier riesgo adicional.
El tiroteo en Dallas pone de relieve la creciente preocupación por la seguridad en las instalaciones de ICE y la tensión que existe en torno a la gestión de migrantes en Estados Unidos, así como los desafíos que enfrentan las fuerzas del orden para proteger tanto al personal como a los detenidos.
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