Por Juan Pablo Ojeda
Un asteroide de proporciones colosales, casi 300 metros de largo, mil veces más grande que el meteorito que impactó Cheliábinsk en 2013, pasó cerca de la Tierra este jueves, según informó el Laboratorio de Astronomía Solar de la Academia de Ciencias de Rusia. El cuerpo celeste, identificado como 2025 FA22, pasó a una distancia de casi 800 mil kilómetros de nuestro planeta y de la Luna, y actualmente se aleja sin riesgo de colisión.
El asteroide tiene un tamaño estimado entre 130 y 290 metros, y ya había sido catalogado como uno de los cuerpos celestes potencialmente más peligrosos para la Tierra. Aun así, los científicos subrayan que la probabilidad de impacto es ínfima y, en términos prácticos, nula con la trayectoria actual.
Según los astrónomos rusos, este acercamiento no será único: FA22 volverá a pasar cerca de la Tierra en 2036, pero a una distancia 25 veces mayor que la de este jueves. Los peligros más relevantes se proyectan para los años 2089 y 2173, cuando el asteroide se acercará de nuevo siguiendo su órbita periódica sincronizada con la del planeta.
Este tipo de eventos, aunque llamativos, ofrecen oportunidades únicas para la ciencia. La roca pudo ser observada con telescopios de 300 milímetros, tanto por aficionados avanzados como por profesionales, y los expertos destacaron que durante toda la historia de la humanidad no ha caído un asteroide de este tamaño a menos de un millón de kilómetros. Para ponerlo en perspectiva, el famoso cráter Barringer en Arizona fue causado por un meteorito mucho más pequeño, entre diez y cien veces menor, hace unos 50 mil años.
Los astrónomos concluyeron que, aunque la probabilidad de impacto en el corto plazo es prácticamente nula, el seguimiento constante de estos cuerpos es clave para la seguridad planetaria, y la observación de FA22 ayudará a calibrar modelos futuros sobre trayectoria y riesgos.
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