Por Juan Pablo Ojeda
La presidenta Claudia Sheinbaum anunció la próxima incorporación del Café del Bienestar al catálogo de productos sociales de su administración, con el objetivo de impulsar la economía de mujeres cafetaleras en la montaña de Guerrero. El anuncio se dio durante su conferencia matutina en Palacio Nacional, donde la mandataria lanzó una frase con carga política: “para que se sigan retorciendo”, en alusión a las críticas de la oposición.
“Vamos a presentar pronto, con María Luisa Albores, el Café del Bienestar para que se sigan retorciendo”, dijo Sheinbaum, en tono irónico. La presidenta explicó que este nuevo producto se suma a los ya consolidados Chocolate del Bienestar y Miel del Bienestar, los cuales se comercializan en las Tiendas del Bienestar a nivel nacional.
Sheinbaum detalló que el café será 100 % natural y soluble, producido a partir de granos cosechados en comunidades de alta marginación. “Se compra el café a buen precio, se procesa, se hace soluble y se vende en las Tiendas del Bienestar. Es 100 por ciento café, está riquísimo, por cierto”, comentó.
Apoyo directo a pequeños productores
El proyecto busca beneficiar principalmente a mujeres productoras que, durante décadas, han estado excluidas de los mercados más rentables del sector agroalimentario. La estrategia sigue el mismo modelo de los otros productos del Bienestar, que priorizan la compra directa a pequeños productores para reducir intermediarios y maximizar beneficios locales.
La presidenta subrayó que el Chocolate del Bienestar ha tenido una alta demanda: “Cómo lo buscan, muchísimo, en las tiendas del Bienestar”, aseguró.
En el caso del chocolate, el cacao es adquirido directamente de productores de Tabasco y el norte de Chiapas, y se ofrece en diferentes presentaciones a precios accesibles: barra a 14 pesos, polvo a 38 pesos y de mesa a 96 pesos. Por su parte, la miel proviene de Yucatán y Campeche, también comprada a comunidades rurales.
Economía social como bandera
Esta política de productos con “sello social” es parte del modelo económico que Sheinbaum ha defendido desde su campaña: una economía más justa, local y sustentable que apuesta por la soberanía alimentaria, el comercio justo y el fortalecimiento de cadenas productivas comunitarias.
La presidenta afirmó que este modelo es una muestra de que se puede gobernar “con justicia social y sin corrupción”, y anticipó que más productos podrían incorporarse en el futuro.
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