Por Juan Pablo Ojeda
En un episodio que mezcló tensión política con humor involuntario, los senadores Ricardo Anaya (PAN) y Gerardo Fernández Noroña (PT) protagonizaron una curiosa confrontación en plena sesión del Senado de la República, que se ha viralizado por un inusual protagonista: una caja de té de tila.
Todo comenzó cuando Anaya, desde su curul, agradeció a Fernández Noroña —actual presidente de la Mesa Directiva del Senado— por haberle enviado una caja de té, pero lo hizo con un giro inesperado:
“Agradecerle que me envió esta cajita de té de tila, pero fiel a su costumbre, la mandó vacía. Imagínense el fraude. Se lo desayunó toditito”, acusó mientras mostraba la caja supuestamente vacía.
La acusación, en tono sarcástico, hacía alusión a pasados señalamientos contra Morena por cargar cajas sin contenido en sesiones del Congreso, reforzando el intercambio de ironías entre ambos bloques.
Noroña no se queda callado y ofrece “una segunda caja”
La respuesta del petista no se hizo esperar. Desde la tribuna y con una segunda caja en mano, Fernández Noroña negó que la primera haya estado vacía, acusando al panista de tergiversar los hechos y lo exhortó a relajarse “porque está muy alterado”.
“No hay notario público, pero quiero volver a enseñar la caja cerrada. Acción Nacional se caracteriza por hacer trampa. Va la segunda caja para el senador, pero tómese el té”, remató Noroña, generando risas en el pleno.
El té de tila llega a redes sociales
Fiel a su estilo, Fernández Noroña continuó el debate en sus redes sociales, donde compartió imágenes del momento y lanzó una crítica al panista:
“Le tuve que regalar dos cajas de té a @RicardoAnayaC, pues como son de hipócritas los paniaguados, dijo que se le había mandado vacía, mentira podrida”.
Confrontaciones con toques de humor en el Congreso
Este tipo de momentos, aunque anecdóticos, reflejan la tensión latente entre la oposición (PAN, PRI, MC) y el bloque oficialista conformado por Morena, PT y PVEM. Las confrontaciones verbales suelen ser constantes en el Congreso, aunque en ocasiones se tornan escenas casi teatrales, como la vivida esta semana.
Aunque el debate legislativo requiere de firmeza, estos episodios también muestran el lado más ligero —y mediático— de la política mexicana, que no tarda en trasladarse a las redes sociales, donde el público se convierte en espectador directo de los choques y ocurrencias de sus representantes.
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