Por Bruno Cortés
En tiempos en los que ser migrante mexicano en Estados Unidos es cada vez más difícil, la diputada migrante por Morena, Olga Leticia Chávez Rojas, alzó la voz con fuerza. Este lunes, en una reunión entre legisladores de la Comisión de Pesca y los nuevos cónsules que asumirán funciones en EU a partir del 1 de agosto, Chávez no se anduvo con rodeos: pidió acciones concretas para proteger a quienes están fuera del país, pero siguen siendo mexicanos y mexicanas de pleno derecho.
La legisladora, que conoce de primera mano lo que viven las y los connacionales en el exterior, dejó claro que lo que se espera de los cónsules no es una atención de trámite, sino trato humano y directo, sobre todo en momentos donde el racismo y la hostilidad contra migrantes están aumentando en muchas partes de Estados Unidos. “No basta con que nos digan héroes o nos agradezcan por las remesas —dijo—, queremos hechos, no palabras”.
El ambiente de persecución no es exagerado. Chávez relató lo ocurrido en Cabrillo, California, donde un jornalero michoacano murió durante una redada en un campo agrícola. Lo más grave, explicó, es que la redada ocurrió justo el día de pago. Más de 300 trabajadores fueron detenidos, perdiendo no solo su libertad, sino también quincenas completas de salario. Es un golpe brutal para quienes ya están en situación vulnerable.
Chávez recordó que, incluso si alguien no tiene papeles, la ley laboral en EU aplica para todos, y que hay mecanismos de defensa para quienes son víctimas de abuso. La diputada pidió a los nuevos cónsules estar atentos, intervenir, y hacer valer esos derechos laborales. Porque, como bien dijo, “cada consulado debe ser un pedacito de México afuera”.
También pidió cambiar la narrativa: menos burocracia y más humanidad. Aplaudió los esfuerzos que algunos cónsules ya están haciendo, como atención médica y visitas a centros de detención, pero subrayó que aún hay sedes donde el trato hacia los mexicanos deja mucho que desear. Mencionó con preocupación casos como el del centro de detención “Alligator” en Florida, al que describió como una cárcel en una zona peligrosa. “Debemos evitar que nuestros paisanos terminen ahí”.
Uno de los puntos más delicados fue el de los migrantes que se autodeportan por miedo a perder a sus hijos, muchos de ellos ciudadanos estadounidenses. La diputada recordó que cientos de niñas y niños han quedado separados de sus familias tras ser detenidos por autoridades migratorias, y pidió facilitar la ciudadanía mexicana para menores nacidos en EU con padres mexicanos, para proteger su identidad y su derecho a la reunificación.
Además del tema migrante, Chávez fue cuestionada sobre los aranceles impuestos por Estados Unidos al jitomate, acero y aluminio mexicanos. Aunque el escenario comercial pinta complicado, se mostró confiada en la presidenta Claudia Sheinbaum, a quien ve con la capacidad de establecer un diálogo constructivo incluso con un eventual regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. “Los aranceles no son un ataque exclusivo a México, pero confiamos en que la presidenta sabrá manejar la relación con firmeza”, aseguró.
En resumen, la legisladora dejó un mensaje claro a los nuevos cónsules: estar en el exterior es una enorme responsabilidad, no solo diplomática sino también humana. No se trata de sellos, trámites o discursos bonitos. Se trata de estar del lado del pueblo migrante, que con o sin papeles, sigue siendo parte de México.
Deja una respuesta