Por Bruno Cortés
En política, cuando alguien empieza a sonar fuerte, también empiezan a lloverle los ataques. Eso es justo lo que está viviendo el diputado Ricardo Mejía Berdeja, del Partido del Trabajo (PT), quien salió este jueves con todo a desmentir y contragolpear tras una denuncia presentada en su contra por el Partido Acción Nacional (PAN).
En conferencia de prensa, Mejía fue directo: “Es una calumnia, una cobardía del PAN”. Según él, la denuncia que presentaron ante la Fiscalía General de la República no sólo es falsa, sino que forma parte de una estrategia para frenar su carrera política en Coahuila. Dijo estar listo para comparecer ante las autoridades, pero también dejó claro que no se va a dejar: presentará su propia denuncia penal por falsedad de declaraciones, tanto en instancias federales como en el Código Penal de Coahuila.
Pero esto no es solo un pleito legal, también es político. Mejía Berdeja sostiene que esta jugada tiene el sello del PRI y PAN en Coahuila, y señaló directamente al gobernador Manolo Jiménez Salinas, acusándolo de encubrir a policías estatales presuntamente coludidos con el Cártel de Sinaloa, quienes –según dijo– controlan la distribución de cristal en el estado.
No se quedó ahí. También soltó una bomba: habló de un supuesto “cártel inmobiliario” en Saltillo, que –según su dicho– estaría encabezado por familiares del gobernador Jiménez. Lo comparó con el escándalo inmobiliario de la alcaldía Benito Juárez en la CDMX y reveló que hay propiedades en Estados Unidos por más de 25 millones de dólares relacionadas con ese grupo.
Con un tono combativo, Mejía recordó su papel como exsubsecretario de Seguridad Pública en el gobierno de López Obrador, donde lideró el programa “Cero Impunidad”. Aseguró que su hoja de vida está limpia y que estas acusaciones buscan ensuciarlo justo cuando está ganando terreno en su estado.
También aprovechó para señalar que en Coahuila hay una crisis grave de seguridad, con narcomenudeo y huachicol (robo de combustible) operando a plena luz del día y, según él, con complicidad de autoridades estatales.
Por si fuera poco, advirtió que no se va a quedar callado, y que el Grupo Parlamentario del PT en San Lázaro impulsará mecanismos legislativos para investigar a fondo este caso y otros similares. O sea, que el tema se va a ir también al Congreso.
En resumen, esto ya no es solo un pleito entre partidos: es una batalla directa por el control político de Coahuila, con denuncias cruzadas, acusaciones de corrupción, narcopolítica y hasta lavado de dinero. Mejía no se esconde y promete pelear con todo.
Como en muchas historias de la política mexicana, aquí hay más preguntas que respuestas. ¿Será una jugada del PAN para descarrilarlo? ¿O está Mejía intentando posicionarse como víctima para apuntalar su candidatura? Lo único seguro es que este conflicto apenas comienza, y va a dar mucho de qué hablar.
































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