Por Juan Pablo Ojeda
Durante su conferencia matutina de este miércoles, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, hizo un enérgico llamado a su homólogo estadounidense, Donald Trump, para actuar con reciprocidad en la lucha contra el crimen organizado, enfocándose especialmente en el tráfico de armas que, dijo, fluye sin control desde Estados Unidos hacia territorio mexicano.
“Esto es de dos lados, no puede ser solo de uno”, afirmó la mandataria al subrayar que muchas de las armas que usan los grupos criminales en México provienen del norte, y que la vigilancia en la frontera por parte de las autoridades estadounidenses no ha sido suficiente.
Sheinbaum relató que en una llamada reciente con Trump, le planteó directamente la gravedad del problema: “¿Cómo puede explicar usted que un lanzagranadas que tiene un grupo de la delincuencia organizada pase de manera ilegal de su país a mi país? ¿Dónde están las revisiones que tienen que hacer ustedes en la frontera?”, cuestionó.
La presidenta mexicana también contrastó esta falta de acción con los esfuerzos de su propio gobierno para frenar el paso de drogas, especialmente fentanilo, hacia EE.UU. En ese sentido, reclamó una actitud más activa y corresponsable de la administración estadounidense.
Además, recordó el fallido operativo “Rápido y Furioso”, implementado durante los gobiernos de Barack Obama y Felipe Calderón, en el que miles de armas fueron introducidas deliberadamente a México con la intención de rastrear su destino, pero sin éxito. “No hubo nadie sancionado”, dijo, al criticar la falta de consecuencias de aquella operación.
Respecto a medidas más agresivas como aranceles o restricciones al comercio de armas, Sheinbaum descartó esa posibilidad, afirmando que “no creo que esa sea una política que disminuya la entrada de armas”.
Finalmente, la mandataria lamentó la reciente decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos de desestimar una demanda del Gobierno de México contra fabricantes de armas por su supuesta responsabilidad en el tráfico ilícito. Sin embargo, reconoció los esfuerzos de organismos como la ATF para continuar colaborando en frenar el flujo de armamento a los cárteles mexicanos.
Sheinbaum dejó claro que su administración no se quedará callada ante un problema que alimenta la violencia dentro del país y que, si de cooperación se trata, la exigencia es clara: que el norte también haga su parte.
































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