Al norte del estado de Veracruz está una de las principales ciudades productoras de petróleo en México. Nos referimos a Poza Rica de Hidalgo, un destino perfecto para el turismo de negocios y para aquellos que desean conocer la región del Totonacapan, pues colinda con el Pueblo Mágico de Papantla y la Zona Arqueológica del Tajín.
Poza Rica adoptó el nombre porque, antiguamente, los primeros indígenas totonacas construyeron sus jacales en los márgenes del extinto arroyo “El Mollejón”, el cual era un remanso de agua rica en peces al que dieron el sobrenombre de “Poza Rica”. Después, con la perforación del primer pozo petrolero se bautizó como Ranchería de Poza Rica. Fue hasta 1951 cuando se decretó ciudad y se nombró Poza Rica de Hidalgo, en honor al cura Miguel Hidalgo y Costilla.
A pesar de ser una ciudad industrial, Poza Rica cuenta con algunos atractivos para conocer en un día. Por ejemplo, el único mural en técnica de fresco se ubica en el centro y forma parte de la fachada del Palacio Municipal. Llamada “Desde las primitivas labores agrícolas prehispánicas hasta el actual desarrollo de la industria petrolera”, la obra es creación del pintor, muralista e ilustrador Pablo O’Higgins, quien con sus trazos, hizo un homenaje a la historia de Poza Rica.
A unos pasos, se puede caminar por los senderos del parque Benito Juárez y, por las tardes, bailar un buen danzón o beber un café en alguna de las cafeterías que lo rodean. Pero si las ganas de bailar continúan, entonces hay que dirigirse a la calle 20 de noviembre, a escasas tres cuadras del parque, para seguir la fiesta en alguno de los bares o antros que aquí se ubican. Entre los jóvenes, la artería es llamada “la veinte”.
Otra avenida que se debe explorar es el Bulevar Adolfo Ruíz Cortínez, al concentrar monumentos importantes de Poza Rica como “La Maquinita”, una locomotora original modelo Decauville, que en su momento se utilizó para comunicar la ciudad con el puerto de Tuxpan y que posteriormente transportaría a las familias que invirtieron en la industria petrolera.
El Reloj de la Paz es ícono de la ciudad, ya que fue un regalo como símbolo de agradecimiento por el recibimiento y calidez que tuvieron los veracruzanos para la comunidad china que se asentó en Poza Rica durante la década de los 50.
La pieza se mandó hacer al Pueblo Mágico de Zacatlán de las Manzanas en Puebla, y es sostenido por una torre, ahí los habitantes acostumbran celebrar cualquier acontecimiento de dominio público, como las finales de futbol.
El mismo bulevar lleva al Parque de las Américas que funge como el gran mirador de Poza Rica. Desde aquí se puede ver el río Cazones atravesando las calles de la ciudad.
