De acuerdo con los historiadores, Izamal mantuvo conexiones magníficas entre todas las ciudades, esto a través de los sacbés o “caminos blancos” que le permitieron tener el control del territorio con más de seis mil metros cuadrados en el norte de la península. Esto ocurrió en el periodo Preclásico, hace unos 2,700 años.
Desde entonces, Izamal ya tenía toda una comunidad planeada con sus pirámides y edificios que se negaron a desaparecer como: Habuk, Itzamatul, K’inich K’áak’ Mo’, El Conejo y Kabul, los cuales aún puedes conocer para presumir que has estado en una de las ciudades más antiguas del mundo Maya.
La cima de una comunidad ancestral
K’inich K’áak’ Mo’ es la pirámide más grande en superficie de la Península de Yucatán y la tercera en todo México después de la del Sol en Teotihuacán y Cholula en el estado de Puebla.
Rupestre pero imponente, K’inich K’áak’ Mo’, te permite explorarla y ver su totalidad. Para lograrlo, tendrás que escalar algunas partes antes de poder admirar las impresionantes vistas que te ofrece desde su cúspide. No querrás bajarte.
Su nombre maya tiene un significado potente y mágico, quiere decir “Guacamaya de Fuego con Rostro Solar”. Se tenía la creencia de que a través de ella descendía el Dios Kinich en su forma de guacamaya para purificar las ofrendas y sacrificios del pueblo, que más tarde serían llevados hasta el Panteón Maya.
La pirámide Itzamatúl es la segunda construcción más grande de Izamal. En lengua Maya, significa “El que recibe o posee la gracia del cielo” y era un templo dedicado a Zamná.
