• 29 de mayo de 2024 17:47

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Un nuevo indicador de desarrollo tiene en cuenta el impacto medioambiental en un planeta que está límite

Ciudad de México, 16 de diciembre del 2020.- Cuando tenemos en cuenta la huella de carbono y la explotación de los recursos naturales, los países ricos ya no son tan desarrollados. El último informe de la ONU de desarrollo humano muestra cómo 50 países salen del grupo de desarrollo humano muy alto al aplicar este nuevo indicador. En cambio, otras naciones que explotan menos al planeta, entre ellas las de América Latina, suben en la lista.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) advirtió este martes sobre la mayor pobreza y desigualdad -con los daños que éstas acarrean- que golpearán al mundo a menos que se cambien los esquemas que basan el desarrollo en la explotación irracional de la naturaleza.

En un informe, el Programa señala que la pandemia de COVID-19 es una muestra de la presión sin precedentes que sufre el planeta debido a la acción de las sociedades sobre el medio ambiente, subrayando la interconexión entre ese proceder y los crecientes problemas sociales y económicos que afronta el mundo.

El informe revela que “ningún país en todo el mundo ha logrado alcanzar un desarrollo humano muy alto sin ejercer una presión desestabilizadora sobre el planeta”, señala el administrador del Programa, Achim Steiner.

Nuevo indicador

Cada año, esta agencia de la ONU publica su Índice de Desarrollo Humano, una clasificación del desarrollo de cada país que tiene en cuenta indicadores como sus ingresos y renta per cápita, su cobertura sanitaria y esperanza de vida, y su nivel de educación, entre otros factores.

Ahora, a treinta años de haber diseñado el índice de desarrollo humano, el PNUD ha propuesto un nuevo referente experimental que agrega un indicador del efecto del desarrollo sobre el planeta, teniendo en cuenta las emisiones de dióxido de carbono y la huella material de los países (el uso de los recursos naturales).

Noruega -que con los parámetros tradicionales ocupa la primera posición en el informe de este año- pierde 15 puestos si se tienen en cuenta las cuestiones medioambientales. Islandia, que ocupaba el cuarto puesto pierde 26 escalones; Australia, baja 72 puestos y pasa del 8 al 80; Singapur, que era el 11 cae 92 puestos.

Más de 50 países quedan fuera del grupo de muy alto desarrollo con la nueva clasificación.

Algunos países como Costa Rica, México, Colombia, Panamá o Moldavia avanzan más de 20 o 30 posiciones, señalando como es posible ejercer menor presión medioambiental.

En general, toda Latinoamérica sube en la lista, dado que las caídas más importantes están entre el grupo de países más avanzados y contaminantes.

Steiner dijo que este nuevo índicador, que se refinará en los próximos años, no pretende ser un juicio. “Lo que muestra es que, con la aproximación tradicional, ser rico no es la única forma de determinar si eres una economía exitosa y lista para el futuro”.

El documento, titulado “La próxima frontera: el desarrollo humano y el Antropoceno”, explica que el nuevo índice ilustra la transformación que podría darse en el desarrollo si tanto el bienestar de las personas como la integridad del planeta fueran considerados de manera conjunta como piedras angulares de la definición de progreso humano.

Emisiones contaminantes. Foto de archivo: Banco Mundial/Curt Carnemark

Concentración de poder

Durante una conferencia de prensa de presentación del informe, director de la Oficina que elabora el estudio, Pedro Conceição, afirmó que las presiones sobre el entorno natural han dado lugar a fracturas sociales muy profundas, como se observa en la enorme desigualdad tanto entre países como dentro de ellos.

Conceição agregó que esta inequidad se traduce en que los grupos con más poder se benefician de la explotación de la naturaleza y limitan la capacidad de actuación de la población más pobre.

La publicación considera que resolver esa desigualdad requiere el desmantelamiento de los desequilibrios de poder y de oportunidades que imperan actualmente. También aclara que el cambio de los modelos de desarrollo no implica un retroceso.

No hay dilema

“El desarrollo humano no debe entenderse como un dilema entre personas y el medio ambiente. Por el contrario, si sacamos el máximo provecho a las innovaciones, abordamos la desigualdad y trabajamos con la naturaleza, el desarrollo humano puede ayudar igualmente a las personas y al planeta”, dijo Conceição.

El director regional del PNUD para América Latina y el Caribe, Luis Felipe López Calva, sumó su voz al responsable del informe para destacar la necesidad imperiosa de buscar soluciones de desarrollo basadas en la naturaleza y de cambiar las normas sociales.

Asimismo, abogó por un incremento de los incentivos a la generación de energías limpias y una suspensión de los subsidios a la industria de los combustibles fósiles.

Ambos expertos coincidieron en que el concepto de desarrollo se refiere también a la posibilidad de participación e incidencia en la toma de decisiones.

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