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¿Pirotecnia? Recibe el 2021 con alternativas ecológicas

CDMX, 29 de diciembre, 2020 (Maya Comunicación).- Diciembre es una de las temporadas más festivas para los mexicanos, entre la navidad y el año nuevo; pero lamentablemente se registra alta contaminación asociada al uso de pirotecnia que afecta la salud humana, animal y ambiental.

Por: Daysi Casas Arriaga

En tiempos de contingencia ambiental y bajas temperaturas la calidad del aire es uno de los factores que más debemos cuidar para evitar enfermedades respiratorias; lo cual se torna más importante en estos tiempos, en que se registra la pandemia por COVID-19.

De acuerdo con el Instituto Mexiquense de la Pirotecnia (IMEPI), México es el segundo productor de pirotecnia en América Latina, siendo el Estado de México el primer productor nacional.
Estimaciones recientes indican que la derrama económica de pirotecnia asciende a más de mil 200 millones de pesos; no obstante, su quema aunada a la práctica de encender fogatas origina la producción y dispersión de gases y partículas contaminantes en el aire, que superan hasta 10 veces el rango permitido por las normas oficiales.

Según datos de la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), los espectáculos pirotécnicos generan contaminación a través del uso de perclorato, metales pesados, paras producir la coloración del estallido y los aerosoles sólidos, producidos después de la explosión. Esa mezcla libera gases contaminantes como monóxido de carbono que pueden tardar dos o tres días en disiparse. Además de alterar el ciclo de las lluvias, generando contaminación atmosférica. Asimismo, el ruido y las luces resultado de los estruendos de los fuegos pirotécnicos perturba los ecosistemas y la biodiversidad; además de constituir una fuente de estrés para la fauna, así como un grave riesgo de incendio forestal.

Al respecto, la Secretaria de Salud alertó sobre los daños a la salud que esa mezcla causa al ser inhalada; sobre todo por personas con enfermedades cardiovasculares y respiratorias.  La Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que el límite recomendable de sonido apto para la salud auditiva de los humanos es de 65 decibelios; sin embargo, un cohete o petardo puede alcanzar hasta 190 decibelios, esto es, tres veces más que el soportado por el oído de un adulto, mientras que los bebés son más vulnerables y pueden sufrir lesiones auditivas.

Por esa razón, los especialistas proponen alternativas ambientalmente amigables como el uso de drones y luces láser, así como los cohetes “ecológicos”, que en lugar de perclorato usan nitrógeno y celulosa, materias primas menos peligrosas y dañinas para sustituir el uso de los juegos artificiales y así reducir el impacto ambiental en una época festiva como es el fin de año.

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