• 1 de mayo de 2024 08:08

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Pescadores mexicanos más pobres en riesgo

Ciudad de México, 30 de noviembre del 2021.-La reconocida organización internacional dedicada exclusivamente a la protección de los océanos comenzó sus investigaciones en México en 2018.

Sinaloa es el mayor estado productor pesquero mexicano, con una participación en 2020 de 40%, seguido por el vecino estado de Sonora, ambos en el noroeste, con costas frente a la península de Baja California, con una proporción casi igual.
Recuperar a las especies en riesgo de extinción «dependerá de qué tanto el Gobierno del estado presione a las autoridades federales, pero también a sus legisladores, tanto senadores como diputados, representantes del Estado», estima el especialista.
Two vaquitas - Sputnik Mundo, 1920, 13.08.2021

García-Peña señaló además que se requiere «lograr una efectiva reforma que garantice la recuperación de especies cuyo agotamiento pone en riesgo de pobreza a los pescadores de todo el país».

Hallazgos de la investigación

El propósito de la investigación ambientalista es restaurar la abundancia de los océanos y garantizar la existencia de alimentos nutritivos para una creciente población humana en el mundo.
Un análisis de información más allá del volumen y valor de las pesquerías permite a los especialistas identificar a aquellas con mayor presencia a nivel nacional.
Considerando el mayor número de permisionarios, permisos y embarcaciones involucradas, se encuentra que las mayores pesquerías son cuatro: escama marina, tiburón, camarón, pulpo y jaiba.
Los especialistas explican que basar la importancia de una pesquería en el volumen capturado como «sardina y similares», ha encubierto a lo largo de la historia «la importancia a nivel nacional de pesquerías en las que la participación social es alta, como es el caso de escama marina, tiburón, pulpo y jaiba», las cuatro mayores pesquerías mexicanas.
Oceana advierte que con los recursos destinados «se subvalora la importancia de ciertas pesquerías desde las propias instancias gubernamentales».

Consumo humano real

El análisis indica la necesidad de evaluar el consumo real por habitante de los productos marinos nacionales, para conocer así su «consumo humano real».
También es posible identificar una distorsión en cuanto a lo capturado y lo consumido por las comunidades humanas.
Los especialistas señalan que el método no estandarizado por parte de la Comisión Nacional de Pesca al reportar «otras especies» dificulta el seguimiento de las capturas, esfuerzo asociado, temporalidades, y otros indicadores.
«La categoría ‘otras especies’ es una caja de Pandora que necesita ser abordada de manera sistemática, y cada especie necesita ser incorporada en su propia categoría para poder darle seguimiento a su pesquería de una manera adecuada, de lo contrario no sabemos exactamente qué estamos pescando!», dice en sus conclusiones el estudio.
Las Islas Galápagos - Sputnik Mundo, 1920, 28.10.2020

El análisis muestra que la «escama marina» tiene una aportación del casi 45% del total de la captura nacional, eliminando a las pesquerías de mayor volumen y menor consumo humano directo.
Los expertos consideran relevante, que dada la proporción de permisionarios y permisos asignados a las flotas ribereña y de mediana altura, «más del 90% de la producción nacional de escama marina proviene de la pesca ribereña».
En otras palabras, nueve de cada diez pescados marinos que se consumen en México provienen de la pesca ribereña.

Hacia un nuevo enfoque

Oceana estima fundamental estudiar la trazabilidad de estos productos: «Dónde se consumen y los precios promedios de éstos, para tratar de aproximarnos de mejor forma a lo que más alimenta a los mexicanos».
Finalmente, los conservacionistas apuntan que al hablar de la «importancia estratégica» de las pesquerías mexicanas existe el paradigma de considerar solo el volumen o el valor de los productos pesqueros.
«Este enfoque hace invisible otros atributos de las pesquerías como los beneficios económicos y sociales que algunas especies aportan a la producción pesquera y al consumo nacional, así como el gran número de permisos, permisionarios, embarcaciones, cuyas capturas se comercializan en los mercados locales», advierten.
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En suma, pensar en términos volumen puede privilegiar una pesquería que se concentra en un puñado de embarcaciones, y que puede tener un muy bajo impacto social y económico, en términos de la población a la que beneficia dicho esfuerzo.
Así, solo un pequeño grupo de cuatro pesquerías se favorecen, y se oscurecen las diferencias biológicas y ecológicas de cada especie.
Tomado de Sputnik.

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