El estudio identificó que el café es más vulnerable al cambio climático y sufrirá impactos negativos en todas las regiones donde se cultiva, mientras que el aguacate tiene una mayor capacidad de resiliencia ante las modificaciones ambientales.
Estos cultivos tienen un impacto socioeconómico importante en varios sistemas agrícolas alrededor del globo, reconocieron los estudiosos del Instituto de Ciencias en Recursos Naturales del recinto académico europeo, además de tratarse de productos que requieren de una planeación de largo aliento.