Ciudad de México, 2 de dicimebre de 2020.- El secretario general de la ONU, António Guterres, alertó hoy que más de 40 millones de personas en el mundo resultan víctimas de la esclavitud contemporánea, la cual se manifiesta de diversas formas.
La servidumbre basada en la ascendencia o por deudas, el trabajo forzoso, el trabajo infantil, la servidumbre doméstica, el matrimonio forzado, la trata de personas (incluida la explotación sexual), y el reclutamiento de niños en conflictos armados son algunas de estas, añadió.
En su mensaje por el Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud, el titular alertó que las mujeres y las niñas representan más del 71 por ciento de quienes sufren esas formas modernas de esclavitud.
Guterres advirtió que los grupos pobres y marginados, en particular las minorías raciales y étnicas, los pueblos indígenas y los migrantes, se ven afectados de manera desproporcionada por ese flagelo.
El máximo representante de Naciones Unidas exhortó a los Estados Miembros, la sociedad civil y el sector privado a que redoblen sus esfuerzos colectivos para poner fin a tales prácticas abominables.
También pidió apoyo para identificar, proteger y empoderar a las víctimas y los supervivientes, entre otras cosas mediante contribuciones al Fondo Fiduciario de contribuciones voluntarias de ONU para luchar contra las formas contemporáneas de la esclavitud.
Por otra parte, apuntó el secretario general, las protestas mundiales de este año contra el racismo sistémico han atraído una atención renovada sobre un legado de injusticias en todo el mundo, cuyas raíces se encuentran en la oscura historia del colonialismo y la esclavitud.
El año próximo se celebra el 20 aniversario de la Declaración y el Programa de Acción de Durban, aprobados por la Conferencia Mundial contra el Racismo y la Discriminación Racial.
Este documento, que marca un hito, define la esclavitud y las prácticas análogas a la esclavitud como violaciones flagrantes de los derechos humanos, dijo Guterres y recalcó que no podemos aceptar esas prácticas en pleno siglo XXI.
Prensa Latina