A todos nos ha pasado. Platicamos sobre opciones para pasarla bien en la noche y, de repente, al móvil llega la recomendación de algún bar o restaurante. Se sabe, ahora, que no es casualidad: el algoritmo de las redes sociales sólo está haciendo su trabajo.
Hay, sin embargo, usos de las plataformas digitales que distan mucho de una noble sugerencia. Y es entonces cuando se entiende por qué estos espacios fueron concebidos como una arena de batalla más para los conflictos como la guerra entre Rusia y Ucrania.
«Lo que ha quedado demostrado es que las redes sociales están cumpliendo el rol para el cual fueron creadas durante la década del 2000: ser un aparato de comunicación del Departamento de Estado de Estados Unidos», asegura Mariano Quiroga, director de Multiviral y experto internacional en social media y estrategias digitales.
El discurso más común que se cuenta sobre el origen de las redes sociales es que éstas fueron la consecuencia de algunos emprendedores jóvenes que gritaron ¡Eureka! desde alguna habitación solitaria o un garage. Ese es, al menos, el gran mito que vende Silicon Valley en libros, documentales, películas y series televisivas.
Mo Gawdat, exdirector de Google X, asegura que el emprendimiento es la nueva mitología contemporánea. ¿Sus héroes? Jeff Bezzos (Amazon), Mark Zuckerberg (FB), Elon Musk (Tesla y Space X), Steve Jobs (Apple), Jack Dorsey (Twitter)… «Admiramos a esa gente por los motivos equivocados. Les enseñamos a nuestros niños que lo más importante en la vida es tener éxito. Y la mejor manera de medir el éxito es a través del dinero y la fama. No es extraño que pongamos a todas esas personas en pedestales», dijo Gawdat en entrevista con la prensa mexicana en 2018.
«Cuando empezamos a darnos cuenta de la verdadera historia, podemos entender por qué en esta época de pleno conflicto [las redes] están actuando para lo que fueron creadas: para poder dar testimonio de una manera funcional a los intereses de Estados Unidos», advierte Quiroga, quien considera que ha quedado descartada la idea de que las grandes tecnológicas se guían por principios de neutralidad política.
Internet, el origen de todo
Los orígenes del internet se remontan a 1969, en plena Guerra Fría, cuando el mundo era un ente bipolar dividido en dos grandes bloques ideológicos, políticos y económicos: el capitalismo y el comunismo.
Hay una versión —que sí es certera y ha sido documentada— que cuenta que el internet se creó por un grupo de ingenieros marginales con vocación anarquista que deseaban construir un mundo más justo donde todos pudieran tener libre acceso al conocimiento, la cultura y la economía, según palabras del escritor cyberpunk Naief Yehya.
Sin embargo, también es cierto que el desarrollo de este invento siempre estuvo vigilado por las más altas esferas de Washington.