«Que la Secretaría de Gobernación sea la rectora de un sistema nacional y ya no sea la parte policiaca (la que se haga cargo de proteger a periodistas), que lo hace mal, lo hace mal porque no está entre sus saberes y entre sus formaciones y capacidades proporcionar protección, (el periodista) tiene que acudir a otro tipo de organismos», apunta.
En el tiempo de existencia que lleva el mecanismo de protección a periodistas siete colegas han sido asesinados a pesar de estar adscritos a él, recuerda Hernández López, lo que señala con claridad que es una herramienta insuficiente.
Además de que la Segob pretende ampliar las plazas donde se llevan a cabo estos foros, apunta el reportero entrevistado, el resultado debe ser una ley general, que no sólo obligue a las instituciones de carácter federal sino a las de todos los gobiernos en los tres niveles, acompañada de leyes derivadas.
Existe una propuesta entre los periodistas en protesta que exige una adición especial a la Ley Federal del Trabajo que garantice el derecho al empleo, negado en los hechos, además del goce de prestaciones y seguro de desempleo, explica Hernández López, para contrarrestar la precariedad laboral fomentada por los patrones.
«En los medios también hay mucha irresponsabilidad» a pesar de que hay leyes que las obligan a proteger a los trabajadores, estima el reportero.
«Ahí viene la otra vulnerabilidad nuestra, no hay organizaciones de periodistas dentro de las empresas, salvo las que les llamamos sindicatos blancos», como el caso del Sindicato Industrial de Trabajadores y Artistas de Televisión y Radio, similares y conexos de la República Mexicana (Sitatyr), operativo en empresas tan grandes e influyentes como Televisa, recuerda.
Las cúpulas de estas dirigencias sindicales llegan a arreglos con los patrones de las empresas sin fomentar la vida sindical y la participación democrática de sus agremiados, acusa Hernández López.
Esta ausencia de organizaciones de gremio, valora, contribuye a la vulnerabilidad laboral de los periodistas.
«Crearon sindicatos blancos que incluso los periodistas desconocen», tras desaparecer agrupaciones en el Canal Once, dependiente del Instituto Politécnico Nacional (IPN), y otros espacios, señala.
«En esa parte somos vulnerables porque no hay la organización de autodefensa», critica.
También se proponen ajustes a los códigos penales para sancionar de manera especial a quienes atenten contra el ejercicio periodístico en ánimo de proteger la actividad, agrega.
Augurio de fortaleza, la protesta del 25 de enero
La respuesta a la movilización colectiva del 25 de enero, convocada con un día de anticipación, es un buen augurio de la voluntad de los periodistas mexicanos de unirse para proteger sus derechos, declara Hernández López.
«También porque ya hay distintas identificaciones de que hay que hacer algo», apunta y considera un buen testimonio de intercomunicación la protesta de rechazo al asesinato de Lourdes Maldonado.
«El que haya más de 440 organizaciones, según el último registro que yo hice hace cuatro o cinco años, y auguro que son más ahora con tantos medios digitales, mientras haya eso no es signo de fortaleza. Sería una fortaleza que pudiéramos unirnos», considera.
Sería positivo que estas inquietudes se agruparan en una red de redes de periodistas extendida por todo el territorio nacional, estima, no sólo para tomar medidas de autoprotección sino para capacitar profesionalmente a los miembros de la prensa de manera que sepan hacer frente a las vulnerabilidades que experimentan.