29 octubre de 2021.-El restaurante dos estrellas Michelin Atrio, ubicado en Cáceres, ha sido objeto de un robo millonario. Entre las botellas sustraídas se encontraba un Chateau d’Yquem de 1806, cuyo precio parte de los 350.000 euros. Sospechan que los ladrones deshabilitaron los accesos informáticos para acceder a su interior.
El martes 26 de octubre, una pareja de nacionalidad suiza entró al exclusivo hotel-restaurante Atrio para hospedarse en una de sus lujosas habitaciones después de cenar en el restaurante. Dos días más tarde, el hombre y la mujer son los principales sospechosos del robo perpetrado en la bodega del restaurante, cuyas pérdidas ascienden al millón de euros.
Para entender este suceso, más propio de la saga de películas de «Misión Imposible» que de la realidad, hay que conocer los antecedentes y la historia del recinto. El chef Toño Pérez y su pareja José Polo llevan dedicando toda su vida en conseguir botellas de vino exclusivas. «Eso supone que en vez de viajar por ocio, han destinado su dinero a precisamente buscar ese tipo de objetos de valor», explica a Sputnik Susana Vicente, jefa de recepción del hotel Atrio. Su empeño y esfuerzo ha hecho que el restaurante Atrio haya logrado alzarse con dos estrellas Michelin, tres Soles Repsol y coronarse como una de las mejores bodegas del mundo.
En la bodega de Atrio hay colecciones únicas de vinos —de hecho, se pueden revisar las marcas en su página web porque son de acceso público—, pero sin lugar a dudas había una que destacaba por encima del resto y que ha sido sustraída en el robo millonario junto a 44 botellas más. Se trataba de Chateau d’Yquem de 1806, una botella que parte de 350.000 euros con «215 años de historia de España, de guerras, de tiempos de paz y de la construcción de una Europa unida», lamentan los dueños en un comunicado.
Según las primeras consideraciones de los empleados, los ladrones ya habían analizado previamente el catálogo de vinos de su bodega. «Sabían a lo que venían«, asegura la jefa de recepción, «Creemos que se lo habían encargado y que llevaban tiempo estudiando la manera de acceder con programas informáticos para deshabilitar accesos». Sin embargo, comenta Vicente, lo curioso es que no han ido a por todo el vino, solo a por unas marcas concretas.
Cuentan los trabajadores que el día que se dieron cuenta del robo fue el día del shock; al día siguiente (jueves 28) fue el día de luto y el viernes 29, «se resurge como el ave fénix«. Dos días más tarde de lo ocurrido, se van recomponiendo de lo sucedido mientras la Policía investiga los hechos e intenta dar con el paradero de los ladrones. «Nuestro corazón está roto pero listo para seguir luchando», afirman los dueños.
