Ciudad de México, 4 de diciembre de 2020.-El robo de combustibles es un dolor de cabeza que no termina para Petróleos Mexicanos (Pemex). Los huachicoleros continúan imparables en el delito de desaparecer por completo o parcialmente los empaquetados de gasolinas, diésel y turbosina que se inyectan a los poliductos.
De acuerdo con las bitácoras de transporte de la empresa, en septiembre y octubre se rebasaron las mil tomas clandestinas por mes en lo que va del año, con mil 103 y mil 77.
En esos dos meses, más los 12 primeros días de noviembre, Pemex registró la desaparición de 240 empaquetados, así como un número significativo de embarques que se inyectaron en diferentes poliductos, pero que llegaron incompletos a sus destinos.
