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Turistas en crucero pagarán nuevo derecho en Quintana Roo desde 2025

 

En el Caribe mexicano, donde el turismo es prácticamente una industria nacional, el Congreso dio luz verde a un nuevo esquema de cobro para los pasajeros de cruceros que visiten Quintana Roo. Se trata del Derecho de No Residente (DNR), una cuota que los visitantes extranjeros deberán pagar por usar servicios e infraestructura local, pero —y aquí está el detalle— será de manera escalonada, es decir, poco a poco y con revisiones constantes para no frenar la llegada de turistas.

La diputada federal Marybel Villegas Canché, integrante de la Comisión de Hacienda, explicó que este modelo fue resultado de una negociación larga entre el Gobierno Federal, las navieras y dependencias como Hacienda, Turismo e Instituto Nacional de Migración. La idea fue simple: aplicar el cobro sin ahuyentar a los cruceros que cada año dejan miles de empleos y millones de dólares en la región. En palabras sencillas, se trata de cuidar la gallina de los huevos de oro sin dejar de cobrar lo justo.

Así quedó el esquema: del 1 de julio de 2025 al 31 de julio de 2026, el pago será de 5 dólares por pasajero; luego subirá a 10 dólares hasta junio de 2027; 15 dólares en el periodo siguiente, y finalmente alcanzará 21 dólares por persona a partir de agosto de 2028 hasta septiembre de 2030. Este aumento gradual busca evitar un “golpe” a la industria y mantener a México como un destino competitivo frente a puertos como los de Bahamas o Jamaica, donde las tarifas son más altas.

El Diario Oficial de la Federación ya publicó el decreto que formaliza este esquema y, además, incluye estímulos fiscales para las empresas que colaboren en la recaudación. Es decir, las propias navieras serán las encargadas de retener y pagar el derecho al gobierno mexicano, un mecanismo pensado para simplificar el proceso y garantizar que el dinero llegue a tiempo.

En el fondo, esta política pública tiene dos objetivos: que los recursos recaudados se usen para mejorar la infraestructura turística, los servicios portuarios y la preservación ambiental —algo urgente en zonas como Cozumel o Mahahual—, y que se haga de forma ordenada y sostenible. Marybel Villegas lo resumió así: “No se trata solo de cobrar más, sino de hacerlo bien y con responsabilidad”.

Así, el cobro al turista extranjero que llega en crucero no es un nuevo impuesto, sino una forma de que quienes disfrutan del Caribe mexicano contribuyan un poco más al cuidado del destino. Porque, como dicen los locales, si queremos seguir recibiendo a todo el mundo, hay que mantener la casa en buen estado.

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