Por Juan Pablo Ojeda
En un encuentro cargado de tensiones y expectativas globales, los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin sostienen este viernes una histórica reunión en Alaska que podría marcar un punto de inflexión en la guerra entre Rusia y Ucrania.
El diálogo se lleva a cabo en la base aérea de Elmendorf, la instalación militar más grande de Estados Unidos en el estado fronterizo con Rusia. Este simbólico lugar, emblema de la Guerra Fría, se convierte ahora en el escenario de un posible avance hacia la paz o, por el contrario, de un nuevo impasse diplomático.
Una reunión con riesgos y objetivos opuestos
La cumbre representa la primera vez que Putin pisa territorio occidental desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022, un conflicto que ha dejado miles de muertos y ha reconfigurado el tablero geopolítico mundial.
Trump, quien aceptó la reunión a sugerencia del propio Putin, ha advertido que no tolerará dilaciones: “Si es una mala reunión, terminará muy rápido; si es buena, vamos a conseguir la paz en un futuro muy cercano”, dijo desde la Casa Blanca, asegurando que estima “una de cuatro” posibilidades de fracaso.
Para el mandatario estadounidense, lograr un alto al fuego podría catapultarlo como negociador internacional y fortalecer su imagen en su posible regreso a la presidencia. Incluso ha señalado que, si logra avances sustanciales, podría buscar la nominación al Premio Nobel de la Paz.
Zelensky fuera del diálogo
Una de las mayores polémicas de esta cumbre es la ausencia del presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, quien no fue invitado. El líder ucraniano ha rechazado de forma contundente cualquier negociación que implique ceder territorios ocupados por Rusia, una línea roja que muchos aliados europeos también respaldan.
Trump, sin embargo, ha sugerido que el acuerdo de paz podría incluir una reunión tripartita futura con Zelensky para “dividir” las zonas en disputa, un planteamiento que genera fuerte rechazo tanto en Kiev como en varias capitales del bloque occidental.
Intereses encontrados
Mientras Trump busca un acuerdo rápido que le otorgue réditos políticos internacionales, Putin llega a Alaska con la intención de suavizar las sanciones económicas, prolongar el conflicto en sus términos y consolidar los avances militares recientes en el frente ucraniano.
Es la primera vez que ambos líderes se ven cara a cara desde 2019. La cumbre se realiza en un momento clave en el que Rusia ha intensificado su ofensiva y Occidente debate la continuidad del apoyo militar a Ucrania.
Analistas internacionales coinciden: el resultado de esta cumbre no solo afecta a Ucrania, sino al equilibrio de poder global.
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