Por Juan Pablo Ojeda
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, inició este viernes su primera gira internacional con una visita oficial a Guatemala, donde fue recibida con honores militares por el canciller Carlos Ramiro Martínez. El acto protocolario tuvo lugar tras su aterrizaje a las 9:49 de la mañana en el Aeropuerto Internacional Mundo Maya, ubicado en el departamento de Petén, al norte del país centroamericano.
Este primer encuentro bilateral entre Sheinbaum y su homólogo guatemalteco Bernardo Arévalo marca el arranque de una nueva etapa diplomática entre ambas naciones, quienes comparten una extensa frontera, intereses comunes en desarrollo económico y preocupaciones mutuas sobre migración, seguridad y oportunidades laborales.
La agenda oficial contempla temas clave para ambos gobiernos:
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Seguridad en la frontera sur,
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Proyectos de infraestructura conjunta, incluyendo posibles extensiones ferroviarias,
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Políticas de migración humana,
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Creación de empleos en territorio mexicano para habitantes de Centroamérica, y
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Estrategias regionales para mejorar la calidad de vida de las comunidades en ambos lados de la frontera.
El mensaje es claro: México y Guatemala buscan dejar atrás una relación marcada por la contención migratoria y avanzar hacia una cooperación regional más equitativa y estratégica.
Sheinbaum no llegó sola. La acompañan varios de los miembros más importantes de su gabinete, lo que subraya la importancia del viaje: Rosa Icela Rodríguez (Gobernación), Omar García Harfuch (Seguridad), Ricardo Trevilla (Defensa), Raymundo Pedro Morales (Marina), Juan Ramón de la Fuente (Relaciones Exteriores), Luz Elena González (Energía), y Alicia Bárcena (Medio Ambiente).
Finalizada la reunión bilateral, ambos presidentes se trasladarán a Campeche, México, donde se sumará el primer ministro de Belice para participar en una cumbre trilateral. El objetivo: impulsar una visión compartida del desarrollo para el sur de México y Centroamérica, con un enfoque humanitario, económico y de seguridad.
Esta visita no solo representa el primer paso de Sheinbaum en la arena internacional, sino también una señal clara de que su gobierno buscará posicionarse como líder regional y socio estratégico en la transformación del sur global.
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