Por Juan Pablo Ojeda
Claudia Sheinbaum, presidenta de México, salió al paso de las dudas sobre la caída reciente en las remesas y rechazó que exista algún indicio de lavado de dinero detrás de estos movimientos. Durante la conferencia matutina, respondió a un cuestionamiento que retomaba datos del Banco de México sobre siete meses consecutivos de baja en el envío de recursos desde Estados Unidos, un comportamiento que contrastó con el crecimiento acelerado visto durante el sexenio pasado.
El reportero expuso cifras llamativas sobre países como Colombia, Ecuador y Nicaragua, donde los montos enviados por mexicanos parecían desproporcionados. Esos casos generaron sospechas tras una alerta del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que señaló que algunas remesas podrían usarse para lavar dinero. Ante ello, Sheinbaum fue clara: no hay evidencia que vincule la caída con actividades ilícitas.
Para reforzar su postura, la presidenta mostró una gráfica que compara los flujos de remesas entre 2021 y 2025. Explicó que las variaciones tienen más relación con los ciclos laborales de los migrantes que con cualquier otra causa. Recordó que durante la pandemia hubo meses con menos ingresos para las y los trabajadores en Estados Unidos, lo que se reflejó en los envíos, pero después se recuperaron. De hecho, dijo, el último mes reportó un ligero aumento, contrario a la idea de una caída constante.
Sheinbaum también subrayó la magnitud de la comunidad mexicana en Estados Unidos: alrededor de 40 millones de personas, de las cuales entre 12 y 15 millones envían remesas de forma regular. Para ella, este fenómeno responde a algo muy simple: solidaridad familiar. “Tiene que ver con no abandonarnos”, dijo, recordando incluso un ejemplo personal para ilustrar cómo funcionan esos vínculos entre familias separadas por la frontera.
Aun así, reconoció que la Unidad de Inteligencia Financiera investigará los casos señalados, incluidos los montos inusuales enviados desde países sudamericanos. Aclaró que, si se detecta un delito, se sancionará, pero insistió en no generalizar ni criminalizar a millones de personas que envían dinero cada mes para sostener a sus familias en México.
Finalmente, recordó que desde 2020 ha disminuido la migración de mexicanos hacia Estados Unidos y aumentó la de personas de otros países que atraviesan México rumbo al norte, lo que también influye en la dinámica migratoria y económica actual. Aun así, reiteró que las remesas siguen siendo un reflejo de los lazos familiares y del esfuerzo de la comunidad migrante, no de prácticas ilegales.
































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