Carlos Lara Moreno
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, descartó que las movilizaciones de la llamada Generación Z puedan derivar en un enfrentamiento con las Fuerzas Armadas.
Tras los hechos ocurridos el pasado 15 de noviembre en la Ciudad de México, donde se registraron incidentes entre manifestantes y policías capitalinos, la mandataria sostuvo que su gobierno no permitirá choques con militares ni caerá en provocaciones.
En declaraciones recientes, Sheinbaum subrayó que las protestas convocadas para el 20 de noviembre, Día de la Revolución Mexicana, serán atendidas con respeto, pero sin tolerar actos violentos.
“No hay que caer en la provocación y la violencia”, afirmó, al tiempo que reiteró que las fuerzas de seguridad únicamente realizan labores de contención y no de represión.
La presidenta también rechazó las versiones que señalan agresiones sistemáticas contra periodistas y manifestantes durante la marcha anterior.
Organizaciones y medios como La Jornada y Proceso documentaron ataques contra reporteros y el uso de gases por parte de elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, lo que contradice la postura oficial.
Sheinbaum insistió en que la movilización del 15 de noviembre no fue encabezada mayoritariamente por jóvenes, como se difundió, y acusó que detrás de la convocatoria existen intereses políticos de grupos conservadores.
“Decimos no a la violencia. Si uno no está de acuerdo, hay que expresarlo de manera pacífica”, señaló durante una gira en Tabasco.
El gobierno federal mantiene la narrativa de que las marchas de la Generación Z buscan desestabilizar y que no representan una manifestación legítima.
Sin embargo, colectivos juveniles y organizaciones civiles han reiterado que su objetivo es denunciar las políticas de seguridad y exigir mayor transparencia en el uso de la fuerza pública.
La próxima jornada de protesta será un nuevo termómetro para medir la relación entre el gobierno y los sectores juveniles movilizados.
Mientras tanto, la presidenta asegura que no habrá choque con militares ni represión oficial, aunque las denuncias de agresiones en la marcha pasada siguen generando dudas sobre la actuación de las fuerzas de seguridad.

































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