Por Juan Pablo Ojeda
En un tono firme pero diplomático, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, le respondió al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, luego de que éste asegurara que los cárteles tienen “fuerte control” sobre México y que las autoridades están “petrificadas”.
Desde Palacio Nacional, en su conferencia matutina, Sheinbaum subrayó que la administración mexicana está haciendo su parte en el combate al crimen organizado y al tráfico de drogas, pero advirtió que no todo se resuelve con operativos y policías: Estados Unidos también debe asumir su parte del problema, empezando por el consumo interno de drogas, especialmente entre los jóvenes.
“Trump necesita más información sobre lo que hemos hecho en México. Su idea es que no hemos hecho suficiente, pero se equivoca. Aquí lo mostramos cada quince días: detenciones, decomisos de fentanilo, metanfetaminas. Ayer mismo, la Secretaría de Marina desmanteló un laboratorio con 46 toneladas de metanfetamina”, señaló la mandataria, destacando los resultados que su gobierno ha obtenido en la lucha contra el narcotráfico.
Sheinbaum añadió que pidió a la Secretaría de Relaciones Exteriores, en coordinación con el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, preparar un informe detallado para que Trump y su gobierno conozcan a fondo las acciones que México ha implementado.
“Vamos a buscar que el presidente Trump esté bien informado sobre el trabajo conjunto que tenemos con Estados Unidos”, dijo, aludiendo a los canales de colaboración binacional que operan desde hace años entre agencias de seguridad de ambos países.
Pero fue más allá. Sheinbaum invitó a Trump a reconocer la raíz del problema en su propio país, advirtiendo que sin una política integral en Estados Unidos para atender la adicción y la salud mental de los jóvenes, el combate al narcotráfico será incompleto.
“Mientras no reconozcan el grave problema de consumo de drogas en su país, esto no va a cambiar. No todo es Guardia Nacional ni militares. Ellos también tienen que ver hacia adentro. Hay una crisis de salud pública y falta de programas para jóvenes. Juegan deporte en la infancia, pero después, al crecer, se van muy temprano de casa y quedan expuestos”, explicó Sheinbaum.
Las declaraciones llegan en respuesta directa a lo dicho por Trump durante un acto en la Casa Blanca, donde firmó una nueva ley para endurecer las penas por distribución de fentanilo y sus derivados. En ese evento, el presidente estadounidense acusó a los cárteles mexicanos de tener el control del país y señaló que las autoridades mexicanas “temen ir a trabajar”.
Sheinbaum, sin caer en confrontaciones personales, dejó en claro que México no acepta ese diagnóstico simplista y que, más allá de los discursos, la cooperación debe mantenerse basada en hechos, no en percepciones.
En plena reconfiguración de la relación bilateral, con Trump buscando un nuevo mandato en Washington y Sheinbaum recién llegada al poder en México, el tema de las drogas y el crimen organizado seguirá siendo un eje clave —y tenso— entre ambos países. Lo que está claro es que, al menos por parte de México, no se piensa bajar la guardia… ni quedarse callado.
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