Por Bruno Cortés
Cuando se habla del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2026, parece un tema lejano, lleno de tecnicismos y números. Pero lo que está en juego toca directamente la vida diaria: desde si tu calle tiene baches, si en la colonia funciona el alumbrado, hasta si hay recursos para arreglar la escuela pública del barrio. Por eso, el Grupo Parlamentario del PAN, encabezado por su coordinador Elías Lixa Abimerhi, respaldó la propuesta de alcaldes y alcaldesas de redistribuir el dinero público para que estados y municipios reciban más y no dependa todo de la chequera del Gobierno Federal.
Hoy, las cosas están así: de cada 100 pesos del presupuesto, la Federación se queda con 80, los estados reciben 16 y los municipios apenas 4. Para los panistas, esa fórmula no solo es injusta, sino que asfixia a los gobiernos locales que son los que tienen contacto directo con la ciudadanía. La propuesta es moverla a 65-25-10, es decir, que la Federación reciba 65 pesos, los estados 25 y los municipios 10. Con esto, los municipios duplicarían su capacidad de atender las funciones que la Constitución les marca en su artículo 115: seguridad, servicios públicos, alumbrado, agua, recolección de basura.
Lixa Abimerhi no se guardó palabras: acusó al Gobierno Federal de “agandallarse” recursos que legalmente corresponden a los municipios y de gastar lo que, según la Ley de Coordinación Fiscal, debería llegar directamente a ellos. Para el PAN, es urgente terminar con ese centralismo que deja sin oxígeno a las comunidades.
La diputada Rocío González Alonso reforzó el punto señalando que el federalismo está en riesgo. Explicó que, en los últimos años, el dinero destinado a estados y municipios se ha reducido, mientras que el control lo concentra la Federación. Recordó que antes llegaba el 35% y que hoy apenas es el 27.3%. Y lo ejemplificó: en los presupuestos de mantenimiento carretero ya ni siquiera aparece a qué estado va el recurso; se centraliza y se reparte de manera discrecional.
El diputado Héctor Saúl Téllez puso números sobre la mesa: denunció que, solo en 2025, se retuvieron de manera centralista 13 mil millones de pesos del Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social (FAIS), y que en 2026 se pretende hacer lo mismo con otros 7 mil millones. A su vez, Mauricio Tabe, alcalde de Miguel Hidalgo, habló de un “atraco” que castiga a los municipios mientras la Federación presume que su presupuesto global crece, pero mantiene estancados a los gobiernos locales con apenas un 3% de aumento.
En palabras simples, la pelea es por descentralizar el dinero. Los panistas defienden que los municipios son el “primer contacto” con la gente, los que reciben los reclamos por un parque sin luz, una calle sin pavimento o un servicio deficiente, y que sin recursos están atados de manos. Por eso, proponen romper la vieja fórmula del 80-16-4 y darle más aire a los gobiernos locales.
La discusión no es solo de cifras; es de visión: ¿centralismo en la Federación o fortalecimiento del federalismo? Mientras el PAN y sus alcaldes aseguran que se trata de justicia y legalidad, acusan al Gobierno Federal y a Morena de asfixiar a los municipios y violar la Ley de Coordinación Fiscal. El debate apenas arranca, pero lo que se decida impactará en el día a día de millones de mexicanos.
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