Por Juan Pablo Ojeda
La discusión política en la Ciudad de México volvió a encenderse, y esta vez el fuego salió desde el Congreso capitalino. Paulo Emilio García, vocero de Morena, acusó a varios medios nacionales de haber participado —consciente o inconscientemente— en un “montaje” alrededor de la manifestación del 15 de noviembre, donde circularon imágenes de supuestos actos de represión policial. Según él, lo que se vio en pantalla no fue una víctima espontánea de abuso, sino una pieza en un guion político armado desde la oposición.
Durante su conferencia “La Chilanguera”, el legislador presentó un video donde una mujer aseguraba haber sido golpeada y amenazada por policías. Pero, de acuerdo con García, esa persona no solo trabaja en la alcaldía Benito Juárez —gobernada por el panista Luis Mendoza— sino que además está afiliada al PAN. Desde ahí construyó su argumento: que su testimonio no era casual y que detrás había intereses políticos muy claros.
El diputado también cuestionó que esta presunta víctima, al aparecer en un noticiero, hablara no solo de la supuesta agresión, sino de temas tan amplios como el “narco gobierno”, el caso de Carlos Manzo y hasta los impuestos. Para él, eso no cuadra con el comportamiento de alguien que acaba de sufrir violencia física. La escena, dijo, sonaba más a discurso preparado que a un relato genuino. Más aún, sostuvo que la mujer cayó en contradicciones respecto a lo dicho en el Zócalo el mismo día de la marcha.
Con todo esto, García aseguró que hubo una “operación organizada” entre medios de comunicación y militantes del PAN, quienes —según él— ya esperaban una supuesta represión incluso antes de que comenzara la movilización. Esto, de acuerdo con Morena, levanta sospechas sobre quién realmente movió los hilos de la protesta.
El tema no quedó solo en el señalamiento mediático. El vocero también subrayó que el Congreso capitalino busca identificar a los responsables de organizar la marcha. Para Morena, ese es el corazón del asunto: entender quién la convocó, con qué fines y qué actores políticos estuvieron detrás. Las responsabilidades civiles o penales, dijo, ya las determinarán las instancias correspondientes.
Sin embargo, apenas terminó la conferencia, la alcaldía Benito Juárez respondió con un comunicado tajante: negó que la mujer señalada sea trabajadora suya y pidió una investigación seria, sin especulaciones. También recriminó a Morena por hacer acusaciones sin pruebas y sugirió que, si realmente buscan claridad, soliciten la información directamente al noticiero donde la mujer apareció.
El choque vuelve a dejar claro algo que los capitalinos conocen bien: en temporada política, cada marcha, cada video y cada testimonio se convierte en un campo de batalla donde la narrativa importa tanto como los hechos. Y el 15N, más que una marcha, ya se volvió un episodio más de la guerra política entre Morena y el PAN en la capital.
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