Por Bruno Cortés
En la Cámara de Diputados, lo que sonaba a una clase de biología —las mitocondrias, esas “baterías” que generan energía en nuestras células— se convirtió en tema de política pública. Legisladores, especialistas y organizaciones civiles se sentaron a platicar en el “Coloquio: Las Mitocondrias, fuente de energía”, para poner sobre la mesa un asunto poco hablado: las enfermedades mitocondriales, que aunque raras, afectan profundamente la vida de quienes las padecen.
La diputada Mónica Herrera Villavicencio, de Morena, empujó el tema con un mensaje claro: no se trata solo de diagnósticos médicos, sino de visibilidad. Cuando una persona vive en una zona rural y enfrenta una enfermedad rara, la falta de servicios de salud se convierte en una barrera enorme. Por eso, destacó programas como “Salud Casa por Casa”, que buscan llevar atención médica directamente a los hogares, con énfasis en quienes viven con alguna discapacidad. En pocas palabras: si el sistema no llega, el programa toca la puerta.
El encuentro no se quedó en discursos aislados. Su compañero, el diputado Favio Castellanos, y el senador Emanuel Reyes Carmona coincidieron en que el tema debe entrar de lleno en las decisiones legislativas. Lo que plantearon fue claro: si no hay presupuesto ni leyes que reconozcan estas enfermedades, los pacientes seguirán quedando fuera del radar de la salud pública. De ahí la importancia de abrir espacio en la agenda del Congreso y no solo en foros de reflexión.
La presidenta de la Fundación Taiyari, Karina Salazar, lo bajó a la realidad: muchos de estos padecimientos solo se tratan con suplementos o paliativos, que ni siquiera cuentan con respaldo oficial como medicamentos. A esto se suma la falta de médicos capacitados para detectar y atender los casos, y el abandono psicológico que enfrentan los pacientes. La demanda fue puntual: especialización, tratamientos garantizados y acompañamiento emocional.
Al cierre del evento, la fachada del Palacio Legislativo se iluminó de verde como parte de la campaña internacional Light Up for Mito. No fue solo un gesto simbólico, sino una señal de que este tema busca brillar en un Congreso donde muchas veces las prioridades se miden en votos y no en diagnósticos.
La conversación que empezó con las mitocondrias abrió un debate mucho más amplio: cómo atender a quienes padecen enfermedades raras en un país donde la salud pública aún batalla con lo básico. Y ahí, la política tiene la última palabra.
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